Opinión
Por
  • MAR SÁNCHEZ RAMOS

Política urbana

No hay que ser un auténtico experto en materia de política urbana para poder constatar que, cada vez resulta menor el número de ciudadanos -en este globalizado siglo XXI- que tienen acceso directo a zonas de parques y jardines públicos así como a otras áreas urbanas con vegetación.

La población de la mayoría de las grandes ciudades del orbe -en efecto- ha crecido a un ritmo mayor -sobre todo, a lo largo de los últimos años- que el experimentado por los "espacios verdes", sean dichos en lenguaje coloquial.

Así, numerosos investigadores que han profundizado sobre este tema tan importante para el ser humano, advierten de la peligrosidad que supone la tendencia internacional de la expansión descontrolada del "cemento", a base de macro bloques de edificios y rascacielos principalmente por afanes meramente financieros, en detrimento de la salud pública.

Y es que, aparte de que "lo verde" proporciona un sinfín de oportunidades para el desarrollo de relaciones sociales, tiene efectos muy satisfactorios en todos los grupos de edad de la sociedad, ya que los predispone a hacer ejercicios y actividades físicas regulares, disminuyéndoles -entre otras- la prevalencia del sobrepeso y obesidad así como rebajándoles el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.