Opinión
Por
  • ARACELI CAVERO

Sin explicación

Un nuevo mazazo ha caído sobre la enseñanza concertada. De los dos mil millones concedidos por el Gobierno para la recuperación de la enseñanza después del problema de la COVID19, ni un solo euro irá para la concertada.

Sabiendo esto y lo que dijo la ministra Celaá de que los hijos no son de los padres, me ha venido a la mente un libro que leí hace ya muchos años. Se trata de "Un mundo feliz" de Aldous Huxley. Allí todas las personas son felices porque son robots, hacen únicamente lo que les ordenan los que mandan sin desviarse un milímetro de lo que se espera de ellos.

En un tiempo en que se proclaman como derechos todas las libertades posibles, se cercena una de las más importantes: la de los padres para elegir el modelo de enseñanza que quieren para sus hijos. Es uno más de los reconocidos en la Constitución que no se cumple. Se les niega a los padres con bajos ingresos a poder elegir.

¿Se niega también la posibilidad de tener iniciativas creativas de trabajo para ganar el sustento como hacen los que abren colegios con otras opciones, o debe pasar todo por lo que decida papá estado? ¿Es que los que prefieren enseñanza concertada no pagan impuestos Si es así ¿No deberían tener derechos? ¿O es que el pagar impuestos no da derecho a nada Estoy de acuerdo en que se apoye la enseñanza pública, pero que se haga lo mismo con la concertada. Es un derecho irrenunciable de los padres que nadie debe violentar, mucho menos un Gobierno democrático que se precie de serlo.