Opinión
Por
  • CONCHIA DEL MORAL HERRÁNZ

Los hombres somos humanos

Como somos humanos tenemos la obligación de vivir la ley natural, no somos bestias que viven a su arbitrio, eso no quiere decir que tengamos los mismos gustos, las mismas aficiones, la misma cultura, pero sí que tenemos el deber por ser personas de respetar los derechos de los demás, y por nuestra naturaleza y la ley natural, hay en nosotros comportamientos buenos y malos; éstos últimos hemos de tratar de desecharlos.

Por ejemplo no hay que robar ni engañar, ni pelearnos entre nosotros; sin embargo respetar a los demás, cumplir con nuestras obligaciones, etc.

Nos dice Cicerón hacia el año 45 antes de Cristo "Sería absurdo pensar que todas las leyes e instituciones son justas. ¿Acaso son justas las leyes de los tiranos ".

Tenemos en este siglo ejemplos, y no quiero ni mencionarlos, porque hasta las bestias nos dan ejemplo de como tratan a sus crías y defienden; no se deshacen de ellas; (ya sabemos por donde van los tiros).

Hay una ley natural que no viene de la inteligencia humana y que es la primera y la última, es la Ley de Dios que obra racionalmente.

En el libro de los muertos, las almas de los egipcios muertos se justificaban ante Osiris con esta confesión: "Traigo en mi corazón la verdad y la justicia, pues he arrancado de el todo mal. No he hecho sufrir a los hombres. No he tratado con los malos. No he hecho crímenes. No he hecho trabajar en mi provecho con abuso. No he privado al necesitado de lo necesario. No he mentido, no he cometido jamas adulterio (...)".

La conexión con la ley natural da a las leyes humanas su legitimidad, tienen que ir las dos de la mano.

Tener el poder sobre un pueblo o nación, no es sinónimo de que éste sea justo, si no va unido a la ley natural y leyes humanas armónicamente unidas. Los cargos públicos, han de tener esto presente, sino no serán justos y por lo tanto no se preocuparán del bien común, sino del suyo; pienso que nos queda claro.