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La nueva Ferma con el espíritu de siempre

Cuando en los albores de los sesenta arrancó, respondiendo al concepto arraigado desde muchos siglos atrás, la Feria Regional de Maquinaria Agrícola, una oleada de fascinación recorrió todo Aragón. En Barbastro, en aquellos tiempos, se exponían los ingenios más increíbles, prácticamente de ficción, que fabricaba la industria del campo y también la incipientemente democratizada en su consumo del automóvil.

Ferma ha disfrutado, gracias a unos equipos de trabajo admirables capitaneados por decenas de corporaciones municipales, de una transformación permanente, sin más revoluciones de las precisas -haberlas, las ha habido- y con una línea de coherencia respecto a sus principios fundacionales: un escaparate del tejido empresarial barbastrense y del Somontano, una apertura total a las nuevas tendencias y tecnologías, una irrupción del conocimiento como fuente de riqueza, una apertura a la sociedad con una hábil combinación entre el ocio y la exposición.

Ferma 2020 iba a representar una nueva vuelta de tuerca por decisiones como el cambio de fechas hacia otras más operativas para el comercio y la industria, y también la separación de los debates en torno a la innovación de su línea Innova, llamada tanto a atraer el ingenio como a explicar ejemplos competitivos de compañías del Somontano.

La pandemia ha exigido una respuesta ágil y contundente, y el Ayuntamiento ha actuado rápidamente para establecer un nuevo modelo que, además, es paradigma de resiliencia y de búsqueda de oportunidades en las amenazas. La nueva Ferma va a ser foco ferial, comercial, hortelano, industrial y turístico, por un lado, y va a expandir en un mes prodigioso las ideas y la acción hasta Innova. Nada la detiene.

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