Opinión
Por
  • CASILDA SÁNCHEZ

La avaricia

La avaricia
La avaricia

La avaricia es definida como el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes, posesiones u objetos de valor con la intención de atesorarlos para uno mismo, mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal. Es uno de los siete pecados capitales cuya presencia e influencia se ha detectado desde las primeras civilizaciones hasta nuestros tiempos y que puede arruinar a la condición humana. En efecto, es absolutamente cierto que los avances tecnológicos actuales han supuesto unas herramientas fundamentales para alcanzar metas más amplias, refinando y extendiendo sus métodos de actuación Un filósofo alemán, Schopenhauer, considerado uno de los más brillantes del siglo XIX y de más importancia en la filosofía occidental, ya dijo que ella "se asemejaba al agua salada: cuanto más se bebe, más sediento esta uno". Y es que, paradójicamente, al afectar a todos estratos de nuestra sociedad y hasta a las democracias más avanzadas de hoy día, quizá, por una paulatina perdida de valores- aparecen sus destellos con más frecuencia, marginando los valores éticos más esenciales como son la integridad, honestidad, generosidad y altruismo, en beneficio exclusivo de su propio interés.