Opinión
Por
  • CARMEN TRASOBARES LÓPEZ

Estado del tiempo

En estos días centrales del mes de agosto que estamos atravesando y que suponen el ecuador de la época veraniega, las temperaturas de nuestro país llegan a alcanzar -tal como sucede cada año- sus cotas más altas.

Pues bien, lo que resulta verdaderamente cierto es que dichas altas cifras marcadas por el mercurio de los termómetros, tienen una influencia directa en el comportamiento de todos y cada uno de nosotros.

Así, varios expertos estadounidenses aseguran importantes cambios en el ser humano, por lo que sí uno se encuentra al lado del mar, lo pasa mejor al estar más relajado por la baja presión arterial, mientras, si no se halla al lado de la brisa marina, le producirá presumiblemente un peligroso bajón, al mismo tiempo que le provoque un evidente estado de sofoco, enfado, e irritabilidad.

Y es que, la genética, el estado de salud en general de cada persona, las defensas con las que se cuenta, y la presencia de alguna enfermedad o patología concreta, bien pueden resultar unos factores determinantes en cuánto y, sobre todo, en cómo nos afecta el estado del tiempo.