Opinión
Por
  • ENRIQUE SATUÉ OLIVÁN

Equipos directivos

Aunque no tengo que volver a clase, no he dejado de seguir los latidos de la profesión.

Estos días me acuerdo mucho y, en cierta medida, envidio no poder participar en el reto que aguarda a mis antiguos compañeros. Me produce vértigo porque sé desmenuzar en mi cabeza los momentos delicados con que se van a encontrar desde el primer momento del primer día. Siento zozobra, pero también envidia, porque se van a enfrentar a una situación que no se había dado nunca en la Historia de la Educación.

Se ha hablado mucho de los protocolos, los medios y planes alternativos, pero bien sé que, a la postre, el profesorado se va a tener que reinventar cada minuto de la jornada escolar, con mucha sensibilidad, serenidad y empatía. Estas líneas condensan muchos folios, pero queda el colofón fundamental: agradecer a los equipos directivos de los centros escolares la titánica y callada labor que les espera, y al resto de la comunidad pedirles que formen una piña alrededor de ellos. Como decía Gladiator: "Fuerza y honor". Dentro de unos años, los libros de Pedagogía e Historia harán la crónica.