Opinión
Por
  • CONCHITA DEL MORAL HERRÁNZ

No al fanatismo

Se habla mucho de libertad de expresión que si está bien encajada va bien, es productiva y puede ayudar, pero si no, perjudicará.

No debemos aprovecharnos, excusándonos, como soy libre, para el insulto, la insensatez, etcétera, en resumen, la mala educación y en obligar a otras personas a que tengan que ser de nuestra misma opinión; podemos explicarles delicadamente si están en el error, pero no a fuerza de coaccionar; con finura y sensatez. Lo que no es correcto transigir con el error, pero no a punta de palos o con insultos.

Si ocho y ocho son dieciséis no voy a decir que son catorce, tampoco puedo afirmar que matar es una virtud cuando es este un crimen o que robar es bueno cuando esto es un delito, si otra persona afirma que es una virtud, trataré de explicarle la verdad, si el otro piensa de otra forma, cada uno es responsable de sus actos y de las consecuencias que puede ocasionar.

No tenemos derecho a ridiculizar lo que más íntimo tienen las personas que son sus creencias religiosas aunque estén equivocados, porque esto da lugar al odio, al rencor, al asesinato, hemos de estar alerta y como dice el refrán: "no podemos meternos en camisa de once varas", hay que comprender, convivir con respeto, pues el fanatismo no convence, es siempre malo, lleva a la obcecación, niega los principios más elementales de la caridad y la justicia incluso de mero humanitarismo.

No debemos ser fanáticos de nada y por desgracia es estos tiempos que atravesamos sucede con frecuencia, que a toda costa hay gentes que quieran que adoptemos sus ideas.

"Fanáticos no debemos serlo de nada. Ni aun de lo más sagrado". Eso sí, la verdad siempre por delante con delicadeza y comprensión.