Opinión
Por
  • PASCUAL ASCASO

La repoblación de los pueblos no pasa por las palabras sino por los hechos

Recuerdo perfectamente aquellos años cincuenta y sesenta, que por la política llevada a cabo pintando como jauja la vida de las ciudades y creyéndoselo la gente joven y no tan joven del mundo rural, hizo emigrar con una mano delate y otra detrás, a la inmensa mayoría de ellos, hombres y mujeres, excepto al mayor varón de cada casa que como heredero del patrimonio se quedaba como dueño y señor de todo lo que había y los demás a silbar a la vía. Aquella política fue tan fácil de aplicar como nefasta en su resultado final, vaciando los pueblos y arruinando al mundo rural.

Ahora se pretende recorrer, es lo que predican aunque con la boca pequeña, el camino inverso, y está bien, pero las palabras son muchas y la voluntad muy poca. Un acierto enorme sería frenar, la aún huida de los vecinos de los pueblos, facilitando con medidas concretas la consecución de este objetivo y atrayendo a ellos algunos de los que se marcharon y a otros, que los habrá, que quieran desarrollar su trabajo en el mundo rural brindándoles las facilidades que necesitan para dar el paso.

Jauja no existe en ninguna parte, pero forma de vida más amable, tranquila, en contacto con la naturaleza y en definitiva de mayor calidad, sí. Hagamos atractivo el regreso a los pueblos y verán como serán, más de los que nos parezca, los que toman el camino en esa dirección saliendo ganando todos.

La preparación que tiene hoy la gente es muy buena y esto permite instalar su centro de trabajo en cualquier lugar y por supuesto en el mundo rural si las condiciones imprescindibles y necesarias se dan para poderlo hacer. Bastantes ejemplos tenemos ya que lo avalan y por lo tanto muchos serían los que querrían hacer el camino inverso al de los años cincuenta y sesenta.

Hagamos compatible de verdad la igualdad de condiciones de vida en los pueblos con la vida en las ciudades, para que cada una elija donde quiere vivir y así saldremos ganando todos, los urbanitas y los rurales. Así que a los políticos decirles que se comporten con seriedad y sensatez y no como engañabobos.