Más progreso

Algunos desean más progreso, y todo el progreso que quieren, más o menos, se reduce a perfeccionar la materia: más velocidad, más energía, más nerviosismo, más placeres carnales… se mastica el paganismo en ciertos ambientes con sus palabras y obras. Y este progreso material nada más como pesada apisonadora machaca y pulveriza el progreso del espíritu. Lo animalesco pisotea y hace callar el grito del alma que anhela y suspira por lo trascendental, por lo ético y moral, por Dios, que eleva la naturaleza humana.

Nos estamos aproximando en nuestra valoración de la vida a cierta clase de animales que, comiendo bajo la encina, no vuelven jamás los ojos al cielo para ver quién les da el alimento, la vida. En el Imperio romano hubo personas que, por mirar al cielo, y vivir espiritualmente dieron el fruto de tres virtudes desconocidas para aquellas gentes casi hasta en el nombre: virginidad, caridad, sacrificio. Y millares de seres humanos, que hasta entonces habían sido "cosas" (res), sintieron en sus rostros el soplo del amor de los que les miraban como hermanos. Es que al decir de Virgilio en la Eneida, lib V, "el espíritu mueve la materia y la hace buena y noble." Y hoy la sociedad necesita de personas buenas y nobles para ayudar mucho y bien a los que han contraído el COVID-19.