Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

El incomprendido

Una persona incomprendida es aquella que no recibe el aprecio general de sus méritos. Es lo que le sucede al expresidente Zapatero en relación con Venezuela. Su papel de observador en las últimas elecciones en Venezuela ha sido un papelón que ha provocado duras críticas de unos y otros, que casi nadie ha comprendido, ni siquiera en su partido. La ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, se vio obligada a justificarlo de alguna manera, pero sin que salpicara al Gobierno ni al partido. Y es que resulta difícil sacarle la cara cuando España y la Unión Europea no reconocen la victoria electoral de la coalición chavista que apoya a Nicolás Maduro ni lo reconocen como presidente. Para los europeos es Juan Guaidó el presidente encargado. La ministra de exteriores ha querido dejar claro que Zapatero actúa a título individual y personal y que sus declaraciones no molestan a la UE. Supongo que si no molestan es porque Zapatero ya no representa a nadie. Por todo ello, cabe preguntarse qué hace Zapatero en Venezuela, ¿por qué su empeño en blanquear a un dictador Tal vez es que le gustan las misiones imposibles o busca un premio Nobel de la Paz. No se está luciendo el expresidente español en sus idas y venidas al país venezolano, ni al pedir a los partidos de la oposición de allí que reconsiderasen su posición e instar a la UE a hacer una reflexión sobre su decisión de no reconocer el proceso electoral. ¿Está haciendo Zapatero el papel de "tonto útil"de Maduro Es muy posible que sus intentos de mediación los lleve a cabo con la mejor de sus intenciones y que incluso haya conseguido algún gesto positivo de Maduro, pero es casi imposible que algún día se valoren sus esfuerzos. Debe pensar, como Quintiliano, que "condenan lo que no entienden". Guaidó no se ha mordido la lengua al criticar el papel de Zapatero en su país y le ha acusado, entre otras cosas, de ser abogado de la dictadura. A Zapatero parece que no le importan las críticas y ha manifestado su satisfacción por la celebración de los comicios legislativos, asegurando que gozaban de pluralidad. A quien convence Zapatero es a Izquierda Unida, que ha reclamado al Gobierno y a la UE que reconozcan los resultados "democráticos" de las elecciones en Venezuela. Pues Zapatero no está solo en su cruzada ni es un incomprendido absoluto.