Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Renta básica de supervivencia pegada al terreno

El presdiente de Ceos-Cepyme Huesca, José Fernando Luna, es una persona de vista larga, como corresponde a toda una vida pegada a la agricultura, donde confluyen la dureza del terreno, la severidad del sol y de las lluvias, la incertidumbre de las cosechas y el extraordinario mimo con el que el agricultor cuida hasta el último detalle. Ayer, junto a los responsables del comercio y la hostelería, pudo exponer en la reunión con la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Huesca su idea sobre una renta básica de supervivencia, nombre que acuñó al principio de la pandemia pero que es perfectamente susceptible de flexibilización. El propio presidente de la corporación provincial, Miguel Gracia, manifestó la importancia de que los ayuntamientos establezcan criterios propios, desde su conocimiento del terreno por su gran fortaleza de la proximidad, para favorecer la actividad empresarial, que es tanto como buscar los cauces idóneos para el desarrollo de todos los pueblos.

La idea aportada por Gracia de crear un marco versátil para impuestos como el de Bienes Inmuebles, tanto en su montante como en la posibilidad de establecer cómodos plazos, a los trabajadores, los autónomos y las empresas que no hayan podido obtener ingresos durante la pandemia, o que se hayan visto sustantivamente afectados, constituye una parte relevante de los conceptos vertidos por Luna en torno a la renta básica de supervivencia, que además tiene un objetivo que ha de ser compartido por las instituciones, las organizaciones empresariales y las propias compañías, sean del tamaño que sean: la retención del talento para no ver debilitadas sus opciones competitivas una vez restablecida la normalidad en la convivencia y, por tanto, relanzados los negocios. Estar preparados y unidos desde las propias localidades.