Opinión
Por
  • Javier García Antón

Plan para un plan

Plan para un plan
Plan para un plan
S.E.

Mi tío Salvador me mortificaba cada vez que acudía a su casa. Estaba tan impresionado con el documental de TVE sobre un acontecimiento que había sucedido en la tierra donde su sobrino acababa de iniciar su oficio periodístico que sacaba la cinta de vídeo VHS y ponía "Plan para Plan". Se quedaba embelesado por el tipismo de las imágenes de esa caravana de mujeres inspirada por el título de la película del Oeste que los solteros habían descubierto como piedra filosofal para resolver sus problemas. Todo un fenómeno que, pese a ser replicado, fue tan singular que es difícil encontrar émulos auténticos.

Hoy, vivimos otro documental en blanco y negro. Se busca "plan para un plan", el de vacunación en la tesitura más trágica que haya conocido la humanidad en el último siglo. Requiere tanta vista larga toda planificación que no puede quedar sometida a las ocurrencias. Cuando irrumpió la vacuna de Pfizer con su aprobación bajo el brazo, la hispánica tentación pícara se disparó y todos los gobernantes del mundo mundial peninsular se precipitaron a garantizar, con aplomo digno de mejor causa, que todo estaba contemplado. Que iba a ser llegar y pinchar...

Y claro que hemos pinchado... en hueso. Como asegura el doctor Carballo, no hay un plan. Mientras en Israel superan el 30 % de la población vacunada, una estimación hiperbólica (no puedo creer en esa proyección con estadística de parámetros de hoy) fijaba en tres años la vacunación universalizada en España. Urge Astrazéneca, pero sobre todo se pide diligencia, eficacia y voluntad. Acabar con los muchos estrambotes. Y con parodias como la búsqueda de jeringuillas. ¡Leñe, que las hacen en Fraga!