Opinión
Por
  • TEÓFILO MARCO ESTELLA

Trapos sucios

Decía Antonio Machado: "De diez cabezas, nueve embisten y una piensa". En la izquierda española y republicana de Cataluña, más de nueve están embistiendo desde hace tiempo con eso de "recobrar la memoria histórica" de la desgraciada Guerra Civil de 1936. Supongo que alguna cabeza republicana pensará y se dará cuenta de que ellos no están libres de pecado para arrojar la primera piedra. En la Guerra Civil española, ambos bandos "rojos y nacionales" cometieron barbaridades contra la dignidad de las personas. Los del Frente Popular no eran mansos perritos, ni los nacionales pacíficos gatitos, así que ambos, ¡menuda algarabía montaron en España! Es que "la discordia civil es un gusano venenoso que roe las entrañas del país" (Shakespeare). Ya antes de esta frase del célebre escritor, la voz popular decía: "Al hombre lo hacen lobo los campos de batalla". ¡Ah! Y un servidor opina que los brigadistas internacionales de ambos bandos son personas no gratas, pues vinieron a matar españoles. Así que no vengan nunca más por España.

Se cuenta, está escrito, que un cónsul de una Delegación extranjera, al final de una entrevista con la mujer comunista La Pasionaria, hablando del problema de los acogidos al derecho de asilo en las Delegaciones, le preguntó que cómo se imaginaba ella que las dos mitades de España separadas una de otra por un odio tan abismal, pudieran vivir otra vez como un solo pueblo y soportarse mutuamente. Entonces en esa mujer estalló todo su apasionamiento: "¡No cabe más solución que la de que una mitad de España extermine a la otra!". Razón tenía el que dijo que el cadáver de un enemigo muerto siempre huele bien. El Frente Popular lo intentó: checas, paseos, Paracuellos del Jarama, etcétera. Por qué quejarse si los nacionales les pagaron con la misma moneda, ¿eh? Y razón tenía también el antiguo poeta Virgilio, al escribir al final de la Eneida este verso: "La herida vive siempre en el fondo del corazón". Muchas heridas tenían los "rojos y nacionales", así que no removamos más la taza del váter, pues la "M" cuanto más se remueve más huele mal para todos. Y si aún se empeñan algunos en sacar los trapos sucios de esa desgraciada Guerra Civil española, para la información de los que no vivieron esa tragedia, salgan todos los trapos sucios de los dos bandos, para ver si nos sirve de escarmiento en cabeza ajena.