Opinión
Por
  • Javier García Antón

Patricia "Da Vinci"

Valeria Corrales en Got Talent
Valeria Corrales en Got Talent
S.E.

EL CÍRCULO virtuoso de Minivinci, probablemente, encuentra el sentido en su fuente, don Leonardo. En el entendimiento del amor sin límite por todos los saberes y por su práctica. En la consciencia de que la ciencia más útil es aquella cuyo fruto es el más comunicable. En la certeza de que la simplicidad es la mayor sofisticación y que la belleza parece en la vida pero se inmortaliza en el arte. En la seguridad de que quien piensa poco se equivoca mucho. Complementando a Da Vinci, el pedagogo Abraham Flexner preconizó que el sentido de las instituciones científicas es entregarse al cultivo de la curiosidad. Y las flores brotan.

Valeria Corrales es la proyección de su profesora, Patricia Heredia. Patricia es la inspiración de la inspiradora. Pudo quedarse, como explicaba Marie Curie, en la práctica para extraer provecho de su conocimiento y su trabajo. Pero, en una expresión de libertad, escogió envolverse en el traje de los soñadores que hallan la piedra filosofal de una tarea tan cautivadora que les resulta imposible concentrar toda su atención en su beneficio.

Got Talent nos ha mostrado el ingenio de Valeria con su robot que resuelve el cubo de Rubik. Pero, entre bastidores, con sus padres, estaba Patricia. Como en toda la historia de la humanidad, todo gran discípulo ha heredado y mejorado la obra de su gran maestro. Patricia mira lejos y actúa cerca con su promoción de las vocaciones STEM. Nuestra tierra tiene precursores en la ciencia como Ramón y Cajal y en la ingeniería como en la primera Industrial de España, María Teresa Estevan. Nuestra Da Vinci también lo es con el cultivo de la tecnología, la robótica y, sobre todo, el humanismo. Para decenas de ‘Valerias’. Inteligencias múltiples. Renacentismo siglo XXI. El horizonte luce. l