Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Una Medalla para los mayores

Tercera edad
Los mayores han sido reconocidos con la Medalla de Oro de las Cortes de Aragón con motivo de San Jorge 2021
D.A.

EL CINEASTA Ingmar Bergman expresó la analogía entre el envejecimiento y la escalada a una gran montaña: en la subida, las fuerzas disminuyen, pero la mirada se torna más libre y la vista más amplia y serena. El reencuentro sosegado y sabio con la naturaleza ha caracterizado a tribus de todos los tiempos y civilizaciones, pero en realidad esas imágenes cinematográficas que nos enternecen tienen su metáfora propia dentro de nuestro mundo. Nuestros mayores no renuncian, con sus energías tardías, a seguir aportando la sabiduría adquirida durante muchas décadas de trabajo brioso en el que, bajo la máxima de que mejorando individualmente se contribuye a la comunidad, han propiciado el mayor progreso de la historia. Tan imperioso, tan meritorio, tan pasional, que la reflexión nos hace preguntarnos si, en verdad, no hemos dilapidado su espíritu con nuestra apatía.

Las Cortes de Aragón han decidido reconocer a nuestros mayores con motivo de San Jorge 2021. Tiene su simbología el hecho de que les cuelguen una medalla imaginaria a todos ellos, en algunos casos como en las exequias fúnebres castrenses, a título póstumo. En muchos otros, en condición de su capacidad de soportar la amenaza global de la pandemia. Nuestra Tercera Edad es, con absoluta seguridad, la generación más resistente de la historia de España. Ha soportado tiempos convulsos en su juventud, una guerra civil, una conflagración mundial que no pasó de refilón aunque a veces tengamos la tentación de desdeñarla, una dictadura y una reconquista de las libertades a través de la democracia. Y, cuando tenían todo el derecho a sentarse en el estanque dorado de sus vidas con la compañía de una atmósfera plácida, el coronavirus les apuntó directamente al corazón. Les debemos gratitud y reconocimiento.