Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La despoblación, un reto complejo

Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno
Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno, en el acto del PSOE en Huesca
Pablo Segura

NO ES UN PROBLEMA exclusivo de nuestro país (uno de los cuatro ejes estructurales del plan de Draghi para los fondos de recuperación es el reto demográfico) ni puede circunscribir sus soluciones a una enumeración deshilachada de medidas más o menos bien intencionadas. La vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, en concepto orgánico del PSOE, explicó ayer en Huesca la visión que acompaña la ponencia específica que los socialistas tratarán en su Congreso de Valencia en octubre bajo la coordinación de la aragonesa Hana Jalloul. Esta semana ha participado en Soria en una cita en la que se han congregado la práctica totalidad de líderes del arco parlamentario, encabezados por el presidente Sánchez y el jefe de la oposición, Pablo Casado. Esta progresiva y al menos aparente buena y nueva predisposición debiera conducirnos a una atmósfera de esperanza, si no fuera porque en el escepticismo ciudadano se respira una impresión de que se trata de uno de los asuntos estrella de obligada referencia, sin convicción de que haya voluntad real de actuar firmemente allí donde la bolsa electoral es escuálida... al menos en su atomización actual, no tanto si al final se suman voluntades territoriales de la España Vaciada.

La profundidad y la gravedad de las carencias de la vertebración en nuestro país proviene de un largo rosario de errores estratégicos desde tiempos de la dictadura, con privilegios para la concentración en grandes urbes de determinadas regiones. Reconquistar espacios para la oportunidad de los pueblos y de las pequeñas ciudades demanda no sólo unos miles de millones (el agujero exige una inversión continuada), sino atender a la complejidad, como aseguró ayer Ribera, y actuar de manera sostenida. Y, en ese sentido, o la voluntad no rebla o será una nueva decepción.