El temazo es Jorge Prieto

UNO DE LOS grandes problemas de quienes renuncian al edificante ejercicio de la humildad es que pierden la maravillosa oportunidad de apreciar las dimensiones que nos ofrece el entorno, la naturaleza y las personas. Focalizada la vista siempre hacia el estrecho camino de la uniformidad, desdeñan la inteligencia no sólo de sus rivales, sino hasta la propia. Cuando Carmen Calvo asegura que lo grave de la nueva distribución de los precios por tramos no es la hora adecuada para planchar sino que quienes planchan son siempre las mujeres, destierra el sentido común a territorios de la mediocridad. El “temazo”, vicepresidenta, no se centra en el planchazo, sino en el “sartenazo” que van a recibir las cuentas corrientes de los consumidores. Bocado, por cierto, que prometieron hace un lustro reducir para no incurrir en la ignominia –y ahí estoy de acuerdo- de la pobreza energética.

Y, sin embargo, el “temazo” del día emergió anónimo y ya ha tomado nombre: Jorge Prieto, profesional del Servicio de Urgencias Médicas de Madrid. Ayudado por un micrófono, su monólogo de dos minutos en el Wanda ante decenas de vacunados en ciernes demostró que el humor debe ser un efecto primario y secundario para inmunizar frente al bombardeo informativo y los excesos institucionales. Se ofreció para acompañar a Hawai a quien le hubieran dado fecha coincidente con tal viaje, Bromeó e interactuó llamando valientes a quienes se han prestado al pinchacito para acabar con la pandemia que ha dado quebraderos de cabeza sin tener que ver con la Pfizer. y concluyó que, como el Cholo Simeone partido a partido, los sanitarios van vacuna a vacuna. Lo grande es que considera un privilegio trabajar en el SUMMA. Vive quien sirve.