Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Acelerar las ayudas

Consejo de Gobierno
Consejo de Gobierno de ayer
LUIS CORREAS

LOS PROCESOS administrativos resultan farragosos, en el plano positivo porque son garantistas, en el negativo porque la perpetuación de los expedientes provoca zozobras, inconvenientes e incertidumbres a los ciudadanos y a las organizaciones. Más allá de que todos tenemos la inercia a justificar los procedimientos asentados, resulta innegable -muchos trabajadores públicos así lo reconocen- que una mayor agilidad en las acciones institucionales es conveniente incluso para el propio desempeño de sus profesionales. Y no digamos para los beneficiarios de las gestiones.

Que Aragón acelere las ayudas a las empresas, por valor de 141 millones, constituirá un respiro si al anuncio acompaña la diligencia en la acción. De lo contrario, como está ocurriendo con la sucesión de convocatorias que no hay alcanzado su destino, propiciará un cierto desasosiego y una indisimulada frustración. Estos de los estertores de la pandemia son tiempos de urgencias porque las repercusiones de la disminución de la actividad han sido tremendas y algunos apoyos bien intencionados pero poco trascendentales no alivian la presión que los impuestos y los gastos aprieta sobre las compañías y sobre los autónomos, sometidos a un estrés exagerado.

Exactamente igual que los fondos europeos han de propiciar una rápida reflexión para que su rentabilidad tenga el efecto de recuperación deseado, este respaldo del Gobierno de Aragón a las empresas ha de tener un efecto balsámico sobre las heridas que vienen arrastrando desde hace más de quince meses. Ahora es el momento de constatar que la ejecución es la adecuada, y en ese sentido tiene que haber una vigilancia sin estridencias desde el ejecutivo y desde las organizaciones que defienden los intereses del sector. Que vayan desfilando con fluidez esas ayudas.