Opinión
Por
  • Sara Giménez

Una alternativa liberal para no renunciar a la igualdad

Sara Giménez durante su intervención en cita.
Sara Giménez durante su intervención en cita.
S.E.

El pasado 17 y 18 de julio participé en la Convención de Ciudadanos. Un espacio de reflexión en el que reafirmamos nuestros principios como único partido liberal en España y que, como tal, defiende a la vez políticas económicas eficientes y políticas sociales con corazón.

Nos acompañaron diferentes partidos liberales europeos, el presidente del grupo liberal en el Parlamento Europeo, Dacian Cioloș, y el líder de los liberales alemán, Alexandre Lambsdorff, entre otros. Nos explicaron las dificultades a las que cada uno de ellos se han enfrentado por ser partidos liberales en entornos de polarización política y cómo las han superado.

Por otro lado, Pedro J. Ramírez nos brindó una excelente intervención, en la que expuso la necesidad de que en España exista un partido de centro, moderado, liberal y progresista. Os tengo que confesar que me sentí totalmente identificada cuando dijo “no hay nada más progresista que ser liberal”, porque creo firmemente en la defensa de los derechos humanos del individuo y en que una sociedad justa requiere que todas las personas gocen de una verdadera igualdad de oportunidades en el acceso a una vida digna, sin sufrir discriminación alguna.

Una Convención en la que, junto a excelentes ponencias, estuvimos trabajando durante la tarde del sábado en 16 mesas temáticas. Fue maravilloso palpar la ilusión de todos los participantes a la hora de plantear sus propuestas en materia de natalidad, educación, medio ambiente, empleo, investigación, etc. El broche final lo puso nuestra presidenta, Inés Arrimadas, una gran mujer a la que respeto y admiro, con un discurso que nos empapó de energía y que marca la que será nuestra hoja de ruta en esta nueva etapa.

Creo que hay una parte de la ciudadanía que no quiere tener que renunciar a nada: que quiere políticas económicas eficientes y rigurosas y que además apuestan por defender los derechos humanos y mejorar las condiciones de vida de todas las personas y promover la igualdad de oportunidades en nuestra sociedad. Que también quiere que se impulsen políticas sociales con corazón, que es lo que se centra en mi labor parlamentaria.

Pero no hay por qué elegir. Eso es lo que cada día demostramos desde Ciudadanos. Lo hacemos al defender la necesidad de regular el derecho a solicitar ayuda para morir dignamente en la Ley de Eutanasia sin renunciar a la exigencia de garantizar el derecho a unos cuidados paliativos de calidad para todas las personas en todo el país. Lo hacemos cuando defendemos el derecho de todas las personas a formar una familia, sobre todo en aquellos casos donde se requiere ayuda para cumplir este sueño, como en casos donde se tiene que recurrir a la reproducción asistida o las familias optan por la adopción o no les queda otra que acudir a la gestación subrogada. También cuando defendemos la necesidad de apoyar familias en toda su diversidad, sean biparentales, numerosas, o monoparentales. Lo hacemos, igualmente, cuando defendemos la libertad y la excelencia educativas, sin renunciar a las medidas de equidad e inclusión educativas necesarias para garantizar una verdadera igualdad de oportunidades. O cuando defendemos un feminismo inclusivo que no impone ningún modelo ni enfrenta sino que construye, pero sin olvidar que todavía hoy existen discriminaciones por razón de género que hay que corregir, como la que se produce con las brechas salariales y los techos de cristal en el ámbito laboral, y con el empeño de trabajar para erradicar la lacra social de la violencia machista de una vez por todas. O, en fin, cuando defendemos que no es incompatible ser madre y tener una carrera laboral propia, y sobre las medidas de conciliación y la corresponsabilidad necesarias para hacer que sea posible. Todo ello teniendo en cuenta la realidad a la que se enfrentan las mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad por su condición de pobreza, discapacidad, por pertenecer a una minoría étnica, por vivir en un entorno rural, etc.

Por otro lado, es vital tener una mirada realista en el campo de la no discriminación. Pese a los avances conseguidos en las últimas décadas, muchos grupos vulnerables siguen enfrentándose a problemas de rechazo social que no son meramente simbólicos, sino que tienen efectos muy reales y que se traducen en impedimentos a la hora de alquilar o comprar una vivienda, acceder a un trabajo o simplemente poder disfrutar un rato con los amigos en una discoteca. En el peor de los casos, las consecuencias de este rechazo van más allá y adquieren tintes violentos en forma de delitos de odio. Por todo ello he dedicado una parte importante de mi carrera a trabajar por una Ley Integral de Igualdad de Trato y no Discriminación, así como a promover una sensibilización social sobre las consecuencias de la falta de igualdad.

Teniendo esto en cuenta, siento especial preocupación por los discursos políticos populistas que pueden provocar una ruptura de la cohesión social y hacernos retroceder en los cimientos democráticos conseguidos. Me parece importante reconocer que, más allá de la ideología de cada uno, todos los políticos debemos dar respuesta a las preocupaciones de nuestras familias, empezando por la necesidad de superar esta lamentable pandemia desde un punto de vista sanitario. España tiene demasiados problemas comunes como para dedicarnos a sembrar la discordia y el odio por cuestiones particulares: el elevado desempleo, la precariedad laboral, la subida de la luz y de los combustibles, el abandono escolar, la imposibilidad de emanciparse de nuestros jóvenes, la sostenibilidad de las pensiones, las preocupaciones para sacar adelante el negocio, la falta de servicios en el ámbito rural, etc. Todos ellos son problemas que nos afectan a todos los españoles en general, desde luego también a los oscenses. Y eso sin olvidar los problemas que nos afectan en lo concreto, como el posible cierre de la estación de Candanchú y las consecuencias desastrosas que tendría para trabajadores, empresas y familias del Valle.

Cualquier lector, con independencia de su ideología política, estará de acuerdo en que tenemos que buscar soluciones y utilizar de manera responsable, eficiente y transparente el dinero público. Los Fondos Europeos pueden ser la llave hacia la puerta de salida de la crisis económica en la que nos encontramos, y en ese cometido es vital evitar que se generen nuevas desigualdades territoriales como resultado del reparto que el Gobierno va a poner en marcha. Desde luego, en Ciudadanos estamos en la senda de las soluciones. Los españoles no se merecen menos. Hacen falta partidos sensatos, moderados y que promuevan la unión y la cohesión. Por esa razón puedo afirmar que Ciudadanos un partido imprescindible para tender puentes que hoy son más necesarios que nunca. l