Opinión
Por
  • José María Nasarre López

Saturnino López Novoa. Fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados

Casa número 12 de la plaza Lizana.
Casa número 12 de la plaza Lizana.
S.E.

Tras la restauración correspondiente, el próximo día 26 de este mes se bendice e inaugura la casa número 12 de la plaza Lizana donde vivió el Padre Saturnino López Novoa fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Y ¿quién fue el P. López Novoa?

Sacerdote diocesano, primero de la diócesis de Barbastro entre 1855 y 1862 y desde esta fecha sacerdote diocesano en Huesca hasta 1905 en que falleció. Desde su Sigüenza natal en 1830, al morir su madre siendo niño fue acogido por sus tíos en Berlanga de Duero, estudió la carrera sacerdotal en el Seminario de Sigüenza y al ser nombrado su tío Don Basilio Gil y Bueno en 1852 Vicario General de la diócesis de Barbastro y deán de la catedral dos años después se trasladó a Barbastro y será ordenado sacerdote en Huesca en 1855 por el obispo Pedro José de Zarandia. Allí en Barbastro fue párroco de la catedral, secretario del Obispado, profesor del Seminario y canónigo. Tenía una notable formación humanística y era Lic. y Dr. en Teología por las Universidades de Madrid y de Toledo. Persona entregada y trabajador incansable, escribió la Historia de la muy noble y muy leal ciudad de Barbastro y descripción geográfico-histórica de su Diócesis (2 vols.) Barcelona, Pablo Riera, 1861, que le valió el merecido nombramiento de Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, obra que fue reeditada en 1981 por la Sociedad Mercantil y Artesana de Barbastro. En Barbastro atendió pastoralmente a un grupo de chicas jóvenes que serán las primeras Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Más adelante, y a partir de 1862 que su tío el D. Basilio Gil y Bueno fue nombrado obispo de Huesca, aquí fijó su residencia hasta su muerte, por ello si es castellano-manchego por nacimiento, bien podemos decir que es oscense por adopción, ya que en esta ciudad vivió durante 43 años y a los oscenses sirvió y amó, con preferencia a cuantos necesitados pudo atender.

En sus inicios en Huesca residió con su tío D. Basilio en el Palacio Episcopal hasta que éste falleciera en 1870 y fue entonces cuando fijó su residencia en la casa número 12 de Plaza Lizana, que tras su restauración será bendecida el próximo día 26 a las 12 del medio día por el Cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, acompañado por el Obispo de Huesca D. Julián Ruiz Martorell y otros obispos, autoridades como el alcalde de la ciudad don Luis Felipe y numeroso público, bendición precedida por una Misa en la catedral a las 11 horas.

En Huesca el Padre Saturnino hizo una inmensa tarea eclesial y social. Favoreció el establecimiento de las religiosas Siervas de María y colaboró en la revisión de sus Constituciones hasta obtener su aprobación. Fue vocal de la Junta de Beneficencia Municipal y de la casa de Amparo, elaborando a instancias del Ayuntamiento un Informe de la situación de pobreza y necesidad que sufrían numerosos oscenses, fundó la Casa para Estudiantes Pobres para seminaristas con escasos recursos, promovió la Casa Asilo para niñas pobres, fundó la cofradía de Nuestra Señora de la Agonía en la iglesia parroquial de San Pedro el Viejo y la rama femenina de las Conferencias de san Vicente de Paúl, redactando su Reglamento.

Fue canónigo chantre de la catedral, secretario del obispado, buen orador, escritor de temas humanísticos y eclesiales relativos a deberes parroquiales, religiosos y oratoria sagrada, profesor del Seminario Conciliar para el que logró con su espíritu dialogante la devolución del Gabinete de Física y Química que en 1868 había sido incautado por la Junta Revolucionaria de la ciudad. Lo había adquirido en París el rector del Seminario en 1855 para la formación de los seminaristas y constaba de 55 extraordinarios aparatos.

Pero la obra máxima del Padre Saturnino, para la que Dios lo eligió, fue la fundación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Desde Huesca orientaba a un pequeño grupo de chicas jóvenes que conoció en Barbastro de diversas procedencias de España entre las que estaba una joven de Aitona (Lérida) la que sería santa Teresa Jornet, la primera Madre General, y que con frecuencia se desplazaban a Huesca para recibir del P. Saturnino López Novoa las pautas fundacionales que dio origen al nacimiento de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en casa Pueyo de la ciudad de Barbastro.

El padre Saturnino desde Huesca y desde su entrañable devoción al santo Cristo de los Milagros que se venera en la catedral de la que él era canónigo, recibe el carisma para la atención y acogida de la ancianidad desvalida a través de la Congregación que él funda. Aquí murió en 1905 y unos años después en 1911 sus restos fueron trasladados a la Casa General en Valencia.

Hoy las Hermanitas están extendidas por 19 países, con 199 residencias. Por más que desde Huesca el P. Fundador tanto hiciera por la Congregación que él funda, en atención a que ya había una comunidad de religiosas de Hermanitas de los Pobres que él mismo había fijado, no será hasta 1971 cuando al dejar Huesca las Hermanitas de los Pobres se establecieran aquí las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, hace ahora 50 años y que con su presencia en las residencias de Barbastro y Jaca atienden a un numeroso número de ancianos en la provincia de Huesca.

En la casa de su residencia en Huesca se han recreado sus espacios a la usanza del siglo XIX, cuando la habitó el Padre Fundador y se ha establecido un recorrido museístico con libros, documentos, ornamentos litúrgicos y elementos varios que acompañaron al P. Saturnino López Novoa.

Es el recuerdo y agradecimiento de las Hermanitas y de la ciudad de Huesca al P. Saturnino López Novoa, a quien se debe la fundación de la Congregación de los Ancianos Desamparados que con atención esmerada y entrega evangélica sigue atendiendo a la ancianidad.