Opinión
Por
  • Carlos García Martínez

No es eso, lo del Canfranero y la TCP, no es eso

Así se ha vivido este momento histórico en la estación jacetana.
Llegada de un tres a la estación de Canfranc.
Rafael Gobantes

Buscando datos para un artículo que se titularía “No saben de qué hablan”, encuentro cuatro citas en tres días de este noviembre que me permiten omitir una larga lista de comentarios e informes para escribir sobre lo mismo. Veamos las citas. Primera: “El PP ha incluido enmiendas a los Presupuestos Generales: 10 millones para el Canfranc y 20 para la Travesía Central”. Segunda: “Las obras de Canfranc solo tienen sentido para recuperar el paso internacional”. Tercera: “Es lógico que el Ejecutivo concluya el Corredor Mediterráneo, donde está gran parte de la riqueza del país, pero la TCP y la reapertura del Canfranc son tan vitales para España como el Corredor Mediterráneo”. Cuarta: “El Gobierno impulsa el Corredor Mediterráneo mientras para la TCP no se hay partida presupuestaria. Un nuevo agravio comparativo para Aragón”.

El comentario que dice que modernizar Canfranc “solo tiene sentido para recuperar el paso internacional” me sugiere recordar, aparte del acceso a las poblaciones de su recorrido, que en 2013 Renfe presentó la oferta comercial del tren turístico “El Canfranero” como uno de los hitos de la empresa, junto a los de Galicia, Castilla y León y Andalucía. A diferencia de esas líneas, el Canfranero no se incluyó en su página Web de las rutas singulares. Sin embargo, en 2014 un centenar de viajeros subieron al Canfranero en el Tren Azul con personal con ropa de época y hace pocas semanas otro tren llevó a Canfranc a ochenta viajeros británicos para conocer la localidad en una visita organizada por Portugal Tours y Alsa. Víctor López, exalcalde de Canfranc, en una visita guiada, explicó a los pasajeros la importancia de la localidad en la II Guerra Mundial y en sus años de tránsito de mercancías con Francia. Canfranc y su estación tienen historia, personalidad y alicientes suficientes para desarrollarse por sí mismas, incluida la inevitable unión de las estaciones de esquí y dentro de un proyecto general del valle del Aragón.

Seguimos. ¿Para qué Travesía quieren dinero si no existe ni siquiera un proyecto? ¿Será para alimentar los agravios otros veinte años con una “reivindicación irrenunciable”? Lo de que la TCP y la reapertura del Canfranc sean tan vitales para España como el Corredor Mediterráneo es, simplemente, un disparate. En cuanto al Canfranc por el viejo trazado de que hablan, solo sería un “Canfranero” y nunca una ruta europea, como dijo en 2018 el Consejo de Orientación de Infraestructuras francés, al proponer a su ministerio la inversión en transporte los siguientes veinte años. De la línea Pau-Canfranc-Zaragoza dice que “tiene un enfoque local cuya prioridad para el Estado no está clara y no es útil movilizar fondos para el proyecto, y sería poco probable que llegase a tener un tráfico significativo de carga y pasajeros”. Aunque el presidente de Nueva-Aquitania sigue apoyando el proyecto, el informe complica la reapertura al dejar en posición muy débil el apoyo del gobierno francés.

Sorprende que, tan preocupadas como se manifiestan personas e instituciones haciendo declaraciones, aprobando mociones y pidiendo dinero para recuperar la relación internacional, desconociendo sus problemas y lo que dice el Gobierno francés, se despreocupan de exigir a Francia la modernización de los últimos kilómetros de la carretera que conduce al magnífico túnel que financiaron los dos países. Tampoco suelen reivindicar la recuperación del trazado ferroviario entre Zuera y Ayerbe, el Turuñana, que disminuiría en más de una hora el viaje entre Zaragoza y Canfranc y propiciaría su uso para acceder a los valles occidentales y sus estaciones de invierno.

La ignoren o prescindan de estudiarla, la situación es esa y la inercia impide avanzar hacia una comunicación europea de gran porte entre Burdeos y Zaragoza que cruce la frontera por un túnel a baja cota entre Accous y Villanúa en la segunda mitad de este siglo, como han sugerido estos años los franceses.