Opinión
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  • Diario del AltoAragón

La vuelta al teatro

Largas colas a las puertas del Teatro Olimpia de Huesca.
Largas colas a las puertas del Teatro Olimpia de Huesca.
Pablo Segura

AUNQUE EL 2021 ha sido mejor que el año anterior para el sector de las artes escénicas, la compañías viven en una constante incertidumbre a la que no se acostumbran. El de director, actor o productor de teatro es un trabajo como otro cualquiera y sus profesionales, como los de otros ámbitos, necesitan un sueldo a final de mes. En esta situación, la supervivencia de las compañías no es fácil y, como en cualquier otra empresa, las cuentas tienen que salir. Aman el arte, sí, pero es un trabajo y si no pueden vivir de él no se pueden dedicar ello. El sector de las artes escénicas necesita el apoyo de las instituciones, que vuelva a programarse teatro de forma regular con ciclos como hubo en otros tiempos que aseguren un mínimo de trabajo. La cultura nunca se puede ver como un gasto, sino como una inversión.

En este tiempo de pandemia, se necesita que la sanidad, que la educación o que la cadena de suministros funcionen, pero también es importante la cultura para la formación, así como para “el bienestar y la identidad”, como apunta Paco Paricio, de Los Titiriteros de Binéfar. La cultura no se inyecta como una vacuna, pero se inocula a veces de forma casi imperceptible pero se convierte en un antídoto frente no solo a la ignorancia sino al desánimo que en este tiempo a tantas personas ha afectado tanto como el virus.

Pasados los meses más duros de la pandemia, se trabajó en la vuelta a los teatros y, ahora, no se puede olvidar la importancia de que este sector sobreviva, especialmente en una provincia como la de Huesca, con compañías como Los Titiriteros, Premio Nacional de Teatro infantil y juvenil. Hay fórmulas sin correr riesgos. Si queremos seguir presumiendo de capital cultural, hay que seguir demostrándolo.