Opinión
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  • Diario del Altoaragón

El plan director de la catedral

Catedral de Huesca.
Catedral de Huesca.
D.A.

HACE once meses se publicó la noticia de que se licitaría próximamente la redacción del plan director de la catedral de Huesca y, hoy, estamos prácticamente en el mismo punto, porque el primer concurso quedó desierto. Al retraso de décadas acumulado, se ha sumado un año más por razones administrativas, así que solo cabe pedir celeridad para diseñar esa hoja de ruta que marcará las prioridades de intervención en una de las pocas catedrales que no cuentan con ese documento clave.

El plan director de la catedral oscense nunca se llegó a iniciar, a pesar de que fue en 1998 cuando se fijaron las directrices para la redacción del mismo en todas, a partir de convenios entre el Ministerio de Cultura y los gobiernos de cada comunidad autónoma. Las seos de Barbastro y Jaca comenzaron entonces a trabajar su desarrollo.

La catedral de Huesca no solo necesita este documento, sino que sea el primer paso de una serie de actuaciones de rehabilitación imprescindibles desde hace años. La erosión ha modelado de nuevo -con respecto al diseño inicial- los pináculos de la catedral y, en la fachada sur de la calle Palacio, el desprendimiento de cascotes en 2014 obligó a instalar una malla protectora para evitar el peligro.

Además, el monumento esconde un secreto, y no es que se haya querido ocultar, sino que es una de las catedrales de España con un mayor recinto catedralicio, donde existen restos de construcciones medievales. El delegado de Patrimonio de la Diócesis de Huesca, José María Nasarre, reclama desde hace años una intervención para crear un paseo arqueológico que ponga en valor el recinto y también el casco histórico de Huesca. Junto con la intervención de las instituciones en el Seminario, pueden ser dos nuevos elementos de atracción turística y, sobre todo, para que el casco se incorpore a los paseos de los oscenses.