Opinión
Por
  • Fernando Sabés. Secretario General del PSOE Alto Aragón

Líneas rojas… pero poco

Alberto Nuñez Feijóo y Pablo Casado mostraron una imagen de cordialidad en el Congreso del PP.
El actual líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo y su predecesor, Pablo Casado.
EFE

"Hay líneas rojas que no se pueden sobrepasar, como la intimidación. Sea a quien sea”. Era el año 2020, y en la tribuna del Congreso Pablo Casado lanzaba este mensaje. Miembros del Gobierno habían sufrido escraches durante semanas.

Uno de sus compañeros, famoso entonces y ahora por lanzar grandes lindezas a la bancada socialista cada vez que abre la boca, se colocó en el polo opuesto a su jefe de filas: “La gente está harta y esto es solo el principio” dijo Rafael, Rafa, Hernando. ¿No suena un poco a amenaza?

¿En qué quedamos? ¿Un escrache es sobrepasar una línea roja o no? La actitud del político popular recuerda mucho a la que estos días ha adoptado el PP en Aragón, haciendo seguidismo al PP de Feijóo, señalando de manera directa a los diputados socialistas altoaragoneses en el Congreso, con nombres, apellidos y etiqueta a su perfil de redes sociales, todo incluido. Les han puesto en la diana para que otros actúen. Ellos no, claro, para ellos la política es lanzar mensajes que enturbien, que crispen y dividan. Sin propuestas, sin diálogo, sin escrúpulos. Solamente pensando en su supuesto interés partidista, nunca en el interés general de los ciudadanos.

La intimidación no es tolerable. Y me refiero a la política, pero también al día a día de nuestra sociedad, porque un ámbito se traslada al otro y hoy vemos con asombro cómo para defender sus ideas, va ganando posiciones esa parte de la ciudadanía que recurre al insulto a todos aquellos que no piensen igual. Capítulos como el vivido estas semanas no ayudan a acabar con esta tensión. ¿El objetivo es que no se derogue la sedición? Pues exponga sus ideas y debata de manera pausada, sin perder el decoro ni la educación. El problema es que algunos solamente utilizan el lenguaje para insultar y degradar la política.

Lo más vergonzoso de todo esto es que responsables de este partido político en nuestra provincia se hayan sumado a esta desfachatez, más propia de otros tiempos y de otras formaciones. Y parece que se sienten muy cómodos. Lamentablemente, la actitud que han tenido en los últimos tres años ha hecho que ya no nos sorprenda nada, ni siquiera que sean cómplices de ese señalamiento público, incluso algún alto responsable del PP de Huesca en sus redes sociales personales. Estos actos solo hacen que colocar frente al espejo a cada uno, porque no es lo mismo ser parte del problema que de la solución. La necesidad de ganar espacio a la derecha de la derecha ha conseguido degradar el debate político hasta extremos impensables. Están generando un clima de inseguridad y tensión que no tiene nada que ver con el espíritu de consenso con el que nuestro país salió de la época más oscura de su historia. Pero claro, ellos no estaban allí para votarlo.

Entonces se fijaron líneas rojas, límites que no se podían traspasar y que han permanecido intactos durante casi cuatro décadas. Y digo “casi” porque en los últimos años, el “cuanto peor, mejor” está destruyendo las bases de la convivencia, colocándonos al borde de un precipicio al que es mejor no asomarse. Y ahí, al PSOE del Alto Aragón no nos van a encontrar.

Las líneas rojas lo son para todos. No solo cuando nos conviene.