Opinión
Por
  • José Sanmartín Sopena

Las ciudades: ¿serán insostenibles?

Vista aérea de la ciudad de Huesca.
Vista aérea de la ciudad de Huesca.
S.E.

LA POBLACIÓN mundial está aumentando rápidamente y ya somos más de 8.000 millones. Esa población no vive uniformemente distribuida en la superficie terrestre. Se agrupa para vivir en ciudades, cuanto más grandes mejor. Debido a la gran cantidad de gente que llega a ellas, con la intención de quedarse, hay que ampliarlas constantemente. Esas ampliaciones se suelen hacer, en la mayoría de los casos “en aglomerado” y no “en diseminado”.

Yo recuerdo mis viajes a Galicia, Cantabria, Asturias, etc., donde pude observar que su población vive “en diseminado”. Cada casa tiene su terreno, con sus praderas, su huerto y sus animales. Esa es una vida sana, muy diferente a la que se vive en las ciudades. Si llega una crisis (del tipo que sea), esas personas la sienten mucho menos, incluso suelen tener reservas de alimentos para varios meses (por si las cosas se ponen mal).

En las ciudades se construye “en aglomerado” y las cosas no son igual. Simplemente una huelga de transportes de larga duración, podría dejar desabastecidos los mercados y la gente sin alimentos. Los resultados es mejor no imaginarlos.

Las aglomeraciones de gentes siempre traen nuevos problemas. Durante mi vida laboral estuve 35 años viviendo en la ciudad más grande de Aragón. El edificio tenía 56 viviendas, divididas en dos bloques, con dos escaleras y dos ascensores cada bloque. Antes de la pandemia, los vecinos, casi ni nos conocíamos.

A nuestra izquierda vivía un burro (de 2 patas) que tenía como mascota un burro (de 4 patas) que rebuznaba y pateaba el suelo y las paredes cuando le apetecía. A nuestra derecha vivía un hombre que tenía como mascota una cabra, que balaba a cualquier hora y daba cabezazos a las paredes (la pobre estaba como su amo). Encima de nosotros vivía una familia que tenía de mascota un cerdo, que gruñía día y noche. Debajo de nosotros vivía una señora que tenía de mascota una boa. Un día se le escapó y siguiendo el pasillo, se metió en la casa de otra vecina, que casi se muere del susto.

Probablemente, ni el promotor, ni el constructor, ni el arquitecto de esos bloques, pensaron que lo que iban a construir era un zoológico, en vez de edificios de viviendas.

Ya pueden ustedes imaginarse lo grato que resultaba leer, escribir o ver la TV con los ruidos y las molestias de las dichosas mascotas. Molestias que sus propietarios no reconocen.

Hay pueblos en el Pirineo (no voy a citar nombres), donde se adopta la manía de destruir praderas naturales, para convertirlas en bloques de apartamentos. No piensan en la otra posibilidad, la de preparar terrenos para construir en diseminado, en laderas (que se consolidarían al abancalar) y de forma que cada casa tenga sus espacios verdes.

Debido a esas construcciones aglomeradas, normalmente en zonas llanas, quedan pocos espacios para poder dedicar a calles, parques, paseos, áreas deportivas, etc. Hay que oxigenar las ciudades, dejando muchas zonas verdes, no destinadas a viviendas.

En esas zonas públicas hay que plantar árboles adecuados. Los álamos, chopos, etc., nunca deben estar en calles y paseos porque, siendo sus ramas quebradizas, el viento las puede romper y caer sobre los ciudadanos. Tampoco se deben poner árboles cuyos frutos caigan al suelo (serbales, saúcos, mostajos, etc.) y con los zapatos los arrastren los ciudadanos a sus casas y lugares públicos.

No hay que olvidar que, demasiados árboles cerca de los edificios, pueden ser un peligro, en casos de incendios.

Dado que el ser humano es el principal responsable de la contaminación atmosférica y del efecto invernadero, resulta obvio que hay que actuar, para evitar que su crecimiento se dispare hasta unos límites insoportables.

Habría que estudiar cómo actuar en los países de los que procede la emigración. Invertir allí, crear empresas con abundantes puestos de trabajo para que se fijase la población y no emigrasen.

También habría que actuar en los países donde existe la poligamia y cada hombre puede tener varias mujeres y engendrar hasta más de cien hijos. Obviamente no los puede educar ni alimentar y enviarlos a otros países es la solución (aunque muchos mueran en el intento).

España ya está sufriendo los resultados. Tiene que hacerse cargo de miles de menores no acompañados, a los que hay que educar y alimentar. Eso cuesta mucho dinero (unos 5.000 euros por persona y día). España no está preparada, ni le interesa ser, una inmensa guardería.

Nos dicen los expertos que las ciudades emiten el 70 % de los gases del efecto invernadero. Queda claro que agruparse en grandes ciudades no es bueno. Las ciudades que hay deberían tener muchos más espacios verdes y además, habría que sacar de ellas los vehículos que consuman los combustibles derivados del petróleo. Se deberían construir grandes aparcamientos fuera de las ciudades, a una distancia prudencial andando (unos 5 minutos).

La UE, acaba de proponer sanciones a España, por excesiva contaminación ambiental en Madrid y Barcelona. Esa lista de ciudades, con excesiva contaminación ambiental, aumentará.

Damos la culpa de la contaminación a centrales térmicas, calefacciones, vehículos, animales, etc., pero olvidamos que las personas también contaminamos y mucho.

Si no se cambia en la forma de pensar, de planificar las ciudades, de construir, etc., pronto habrá que llevar, para pasear por las ciudades, equipos individuales de oxígeno, debido a la alta contaminación. Vemos ya en algunas ciudades, que la gente lleva mascarillas y no siempre es por el covid o la gripe. Es por la excesiva contaminación atmosférica. Esta contaminación se mide en partes por millón (ppm). Cada contaminante tiene sus límites, en ppm.

Ahora solamente vemos la punta del iceberg, pero en unos pocos años, la contaminación llegará a unos niveles insostenibles.

La construcción hay que planificarla muy bien. ¿Es bueno destruir praderas constantemente, para aglomerar en ellas más edificios, cada vez más juntos y cada vez más grandes?

Hace unos días, volvían a repetir en TV que el futuro está en el hidrógeno. Un experto decía que con un vaso de agua habría energía para toda una familia. A algunos ciudadanos nos parece que eso de usar hidrógeno está todavía lejos.

Siguen hablando de que no hay que consumir agua, que es un bien escaso. Yo no entiendo lo que quieren decir. El agua ¿Se consume? Yo siempre he creído que se usa. El agua siempre vuelve al sistema hídrico (depurada o no). El ciclo: mares, evaporación, nubes, lluvia, mares, se repite en forma incesante.

Si se destruyen las moléculas de agua, para obtener hidrógeno, es agua consumida, que nunca podrá volver al sistema hídrico.

El hombre primitivo sabía muy bien lo importante que era el agua. Buscaba un sitio cerca de ríos o de fuentes para fijar sus viviendas (fuesen cabañas, bordas o casas).