Opinión
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  • Diario del Altoaragón

El sector de la limpieza y el SMI

Protesta de las trabajadoras y trabajadores de la limpieza en el pleno de este martes.
Protesta de las trabajadoras de la limpieza en el pleno de este martes.
Pablo Segura

MIENTRAS EN HUESCA las trabajadoras de la limpieza siguen en huelga, tras 16 días, y denuncian que el 90 % no cobran el salario mínimo de 1.000 euros brutos al mes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia en el Senado la subida del salario mínimo un 8 %, hasta 1.080 euros. El objetivo de la subida es paliar la pérdida de poder adquisitivo por la inflación.

Va en la línea de lo pactado por la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con los sindicatos UGT y CC OO. Sin embargo, no cuenta con el apoyo de la patronal Ceoe, que declinó ir a la reunión porque el Gobierno no le había consultado y tampoco se había pronunciado sobre su propuesta de subida del 4 %. En esta situación, sí que cuenta con el respaldo de Alberto Núñez Feijóo. Dado que tienen puntos de encuentro, sería el momento de plantear un pacto de rentas entre los agentes sociales para impedir que continúe el alza de precios. Hasta ahora, las medidas económicas que se han adoptado han paliado pero no han solucionado el problema de la inflación.

En Huesca, las administraciones no lo tienen fácil, porque, aunque no sean las que tienen que negociar el convenio del sector, son las que reciben los servicios de las empresas de limpieza. Por ello, tanto la Diputación Provincial como el Ayuntamiento, que ayer lo expuso en el pleno, valorarán si la empresa Grhusa puede realizar el servicio o se plantean fórmulas de remunicipalización. Las limpiadoras han empapelado Huesca con nóminas de jornadas completas de 757 euros netos, mientras la patronal defiende que cumple la legalidad y que sí que cobran el salario mínimo, incluyendo pluses como la antigüedad.