Opinión
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  • Domingo Malo Arilla. Exconcejal socialista Ayuntamiento de Huesca

Don Fernando Elboj Broto, exalcalde de Huesca

Fernando Elboj, en el parque de la Universidad, en una fotografía de agosto de 2009.
Fernando Elboj, en el parque de la Universidad, en una fotografía de agosto de 2009.
Pablo Segura

Hce unos días nos dejó Fernando Elboj, exalcalde socialista de Huesca. Humanamente era una persona austera, de aspecto serio, casi quijotesto, aunque ocultaba un humor sui géneris. Profesor de Historia, humanista y amante de las letras y del teatro, era muy trabajador, honesto y poseía una fuerte personalidad.

Pero no me quiero centrar en su persona, sino en el político que fue, particularmente como alcalde. Me limitaré a enumerar los hechos y las obras, que son tan visibles como irrefutables. Empezaré recordando que, siendo delegado provincial de Educación y Ciencia, consiguió que se creara y construyera la Escuela de Hostelería San Lorenzo.

El legado político de Fernando Elboj como alcalde durante once años, entre 1999 y 2010, es incuestionable en todos los ámbitos. En primer lugar, cuando accedió a la Alcaldía por primera vez, creó un clima de paz y de trabajo que normalizó y estabilizó la acción política municipal. Se venía de una legislatura (1995-1999) muy convulsa e inoperante y quiso, hasta la obsesión, que prevalecieran el respeto, el diálogo y el sentido común, de modo que pudo formarse un tripartito de gobierno entre el PSOE, PAR e IU que a muchos les pareció extraño. Señalaré aquí que los políticos de esos partidos tuvieron una altura de miras tan responsable como la situación exigía.

Y con la estabilidad política municipal vino la gestión. En materia de urbanismo se planeó y construyó el polígono Puerta del Pirineo, donde se ubicaban las naves de Albajar, y los del antiguo Cuartel de Artillería y el entorno del Palacio de Congresos, con vivienda protegida, siguiendo los pasos de lo que yo denomino el urbanismo humano de Enrique Sánchez Carrasco, con edificios de no más de cuatro o cinco alturas y espacios verdes interiores y exteriores. Se generaron ayudas para arreglar las viviendas del Grupo Madre Pilar y de la calle San Vicente de Paúl en el Perpetuo Socorro. Y se continuaron los planes de rehabilitación de edificios en el Casco Viejo.

No se descuidó el medio ambiente. Se crearon las zonas verdes del Parque de la Manzana o los premiados Bosque de las Olas y Parque Universidad. Tanto el Parque de los Mártires por la Libertad como el Parque del Encuentro pudieron realizarse después gracias a la labor previa de Elboj, que con visión y acierto derribó tapias y muros y adecentó espacios para conectar zonas que se sentían más alejadas, con una idea de ciudad más abierta, acogedora y habitable, que además no olvida su pasado. Gracias a la transformación realizada en el entorno del Parque Universidad, consiguió con el Gobierno de Aragón que se visualizara y pusiera en valor el Campus de Huesca.

La Universidad de Zaragoza demandaba espacios para traer a Huesca nuevas titulaciones y Elboj llegó a un acuerdo con el obispo Javier Osés para adquirir el antiguo Seminario Diocesano y ponerlo de inmediato a disposición de esas necesidades. La Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte, el edificio del Vicerrectorado o el Grado de Odontología se hicieron posibles durante sus mandatos. Al mismo tiempo se rehabilitó la muralla medieval y se dio solución al problema de las caballerizas del paseo Lucas Mallada.

En cuanto al desarrollo económico de la ciudad, su mayor empeño fue la construcción del Palacio de Congresos y Exposiciones, infraestructura muy demandada por comerciantes e industriales para la realización de ferias y congresos que fue inaugurada en 2008 y que ha puesto a Huesca en el mapa de este tipo de encuentros. Además, el magnífico auditorio ha posibilitado la programación de una importante oferta cultural para la ciudad.

Con la ayuda del Gobierno de Aragón y de diferentes ministerios del Gobierno de España se pusieron en marcha siendo Elboj alcalde el Parque Tecnológico Walqa y la Plataforma Logística e Industrial de Huesca (PLHUS), nichos de futuros empleos; llegó el AVE a Huesca, en diciembre de 2003; se recibieron las antiguas travesías y se suprimió el paso a nivel de Martínez de Velasco, creando una vía verde para senderistas y ciclistas. Asimismo, fueron muy relevantes la construcción del parking de la plaza San Antonio, que conllevó la construcción de un nuevo cuartel de Policía Local, o las mejoras en los polígonos industriales, con importantes cantidades y siempre con acuerdo de las Juntas de los Polígonos. Se interconectaron los polígonos de La Magantina y el Sepes y se creó el parking de camiones.

En 2005, en el marco de una gran sequía y a dos meses de las fiestas de San Lorenzo, consiguió en tiempo récord una nueva traída de aguas del Cinca y la construcción de las balsas de Valdabra, lo que garantizó el suministro de agua de boca a la ciudad. A la vez, modernizó el control telemático de la traída de aguas de Vadiello mejorando los índices de presión, turbidez y calidad del agua.

En el terreno cultural se ultimaron y abrieron el Centro Cívico, con el Infocentro Digital y la renovada Biblioteca Ramón J. Sender, y el Centro Cultural del Matadero; se abrió una nueva biblioteca, la Durán Gudiol, y se creó el Espacio de Arte Joven, donde se ubicaron los Talleres Municipales de Teatro y el ArtLab. Se adecentaron los espacios y las infraestructuras festivas. Se pusieron en marcha iniciativas tan asentadas como el Festival Periferias o el Congreso de Periodismo de Huesca, y se apostó decididamente por la Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca.

Durante sus mandatos se creó el Centro de Arte y Naturaleza (CDAN) donde se guarda el Legado Beulas-Sarrate, y se abrió el Museo Pedagógico de Aragón, en el edificio de la plaza López Allué donde se había reinstalado la Oficina de Turismo. En materia social y de educación se construyó la Escuela Infantil Municipal Las Pajaritas y se acondicionó la ubicada en la antigua Residencia Lorenzo Loste; se crearon la Concejalía de la Mujer con su Plan de Igualdad y el Foro Municipal de la Inmigración; se abrió el Z-51 en el antiguo cuartel de la Merced y se pusieron en marcha programas que hoy siguen vivos como Menudo Teatro o Guirigay.

En deportes Fernando Elboj, que nunca había hecho deporte, realizó una extraordinaria labor. En 2003 se inauguró la piscina cubierta Almériz, magnífica instalación cubierta con más de 1000 usos diarios y también se arregló, por graves problemas de aluminosis reabriéndose la del Parque. Pocas ciudades en España de 54.000 habitantes pueden disfrutar de dos piscinas cubiertas. Gracias a su empeño se instalaron los primeros campos de fútbol de césped artificial, se ampliaron las pistas de atletismo de seis a ocho calles, se eliminaron los suelos de cemento de los pabellones escolares por suelo sintético o parqué y se construyó el magnífico rocódromo en el pabellón del Pío XII. Igualmente se creó el primer Skatepark de Huesca y se instauró el Día Popular de la Bicicleta, o se ayudó a mejorar las instalaciones del Club Petanca Alegría Laurentina y del Club de Tiro Loreto.

Cuando Elboj llegó al Ayuntamiento en 1999 había una deuda de 31 millones de euros. Al finalizar su último mandato, en 2010, la había rebajado a 15. Y eso que en sus once años de gobierno se realizaron obras por importe de 165 millones de euros, con recursos municipales pero también con la ayuda de otras administraciones.

Estoy seguro de que habré olvidado cosas, pero quería compartir con mis convecinos el trabajo de un exalcalde que, con la lealtad de sus equipos de gobierno y mucho esfuerzo, transformó Huesca. La década en que Elboj lideró los destinos de la ciudad sirvió para subir un importante escalón en prosperidad y modernidad, prosiguiendo lo que hicieron las corporaciones anteriores a él y que, estoy seguro, continuarán las corporaciones futuras. Porque una ciudad siempre está inacabada.

Todos tenemos luces y sombras en nuestra labor diaria. El exalcalde Elboj también, pero creo que las luces iluminan las posibles sombras de una gestión municipal magnífica. Su legado político y su gestión permanecerán en la historia y la memoria de la ciudad.