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  • Diario del AltoAragón

La gran fiesta del baloncesto oscense

Un “¡Peñas, Peñas!” infinito ha resonado con fuerza este sábado en el Palacio de los Deportes
Un “¡Peñas, Peñas!” infinito ha resonado con fuerza este sábado en el Palacio de los Deportes
Javier Navarro

Huesca la magia, la magia de Huesca volvió ayer a invadir la ciudad, a botar en la cancha del pabellón del Parque y a sobrepasar sus muros para contagiar a toda la ciudad la pasión por el baloncesto. El blanco y verde asomó de nuevo y uniformó a muchos niños y adolescentes, la cantera y promesas del Peñas, que trabaja día a día para seguir ilusionando a toda la ciudad con el deporte. Y esa explosión de color y de alegría se concentró en un Palacio de los Deportes lleno de vida, de aplausos y de fuerza para impulsar al Peñas de hoy.

Sucedió una vez y el efecto todavía dura. En aquel tiempo, entre las décadas de los 80 y los 90 los jugadores de la ACB, que volvieron ayer a encestar en el pabellón del Parque, como Brian Jackson, y que disfrutaron después como espectadores en el Palacio de los Deportes, se convirtieron en referentes de niños y niñas que hicieron del baloncesto en su gran pasión. Todos escribieron en letras de oro la historia del Peñas, e incluso alguno se quedó y sigue formando parte de la ciudad que los acogió.

Las conversaciones entre los asistentes fueron una constante mirada atrás para extraer instantes llenos de magia y transmitirla a las nuevas generaciones que ayer acudieron al Palacio. Relatos sobre cómo se aficionaron gracias al Magia con muchos matices, pero con un punto en común: la ilusión. Al mismo tiempo, resaltaban la importancia de los valores del trabajo en equipo y el disfrute, algo que permanece durante décadas. La memoria colectiva de Huesca añadió ayer un momento para la historia, una catarsis que se traducirá en tantos y en cantera. ¡Viva el Peñas Huesca La Magia!