Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Sin 'mascaretas'

Carnaval en Bielsa.
Carnaval en Bielsa.
Javier Navarro

EL CARNAVAL ha vuelto a llenar la plaza y las calles de Bielsa de espectadores para disfrutar del retorno sin restricciones de una fiesta ancestral que sigue atrayendo todas las miradas entre la curiosidad y el miedo que provocan las trangas, con los cuernos, las pieles, los trucos y las caras negras con dentaduras de patatas. Entre las trangas, bailan las madamas con sus vestidos blancos repletos de vistosas cintas de colores, el onso que despierta del letargo... y de pronto vuelve a producirse esa magia que siempre provoca tanto ante los ojos acostumbrados como ante los ‘novatos’ que se asoman a la plaza. Y, por primera vez tras la pandemia del coronavirus, la fiesta se disfrutó como siempre y como nunca, al mismo tiempo.

Sucedió también en muchos otros lugares de la provincia donde las ‘mascaretas’, como a veces llaman a las mascarillas la gente mayor con esa terminación de la tierra, fueron mascaretas de verdad, como llaman en Agüero a su fiesta de Carnaval. Las máscaras y los disfraces de Carnaval volvieron con todo su colorido y todo su poder para llenar las calles del Alto Aragón de fiesta y alegría.

Pocas cosas se han disfrutado tanto en los últimos tiempos como cualquier signo de normalidad y, entre ellos, se han ido sucediendo la recuperación de todas las citas festivas que dejaron de celebrarse o que se organizaron con restricciones para cumplir con las normas sanitarias. Pero si hay una fiesta que simboliza la catarsis colectiva esa es la de Carnaval y así se vivió en Bielsa, donde la tradición volvió con toda su fuerza, y en muchas otras ciudades y pueblos de la provincia. Las ‘mascaretas’ volvieron a muchos rostros por un día.