Opinión
Por
  • Victoria Lafora

El regreso del chófer y la policía patriótica

El juez imputa al exministro Jorge Fernández Díaz en la pieza Kitchen y le cita el próximo 30 de octubre
El juez imputa al exministro Jorge Fernández Díaz en la pieza Kitchen y le cita el próximo 30 de octubre
EFE

TRAS CUATRO años de investigación judicial, los implicados en el llamado Caso Kitchen están a un paso del banquillo. Las penas que pide la Fiscalía no son menores (quince años de prisión para el ex ministro Jorge Fernández Díaz) y ante el tribunal van a desfilar esos viejos conocidos: los miembros de la llamada “policía patriótica”, el chófer de Barcenas y altos cargos del ministerio del Interior de la etapa Rajoy. Es decir, todo lo que el PP querría olvidar y, sobre todo, que lo olviden sus votantes. 

A dos meses de las municipales y autonómicas, cuando Feijóo pretende dar la imagen de unidad del partido, cuando ha conseguido reconciliar a Aznar y Rajoy, y se ha citado a comer con Casado para consolarle del abandono de los que eran “suyos”, vuelve el fantasma de la corrupción. No es un escándalo cualquiera. Bajo el mando de Fernández Díaz, se pagó con abundantes fondos públicos, utilizando a servidores del Estado, para espiar y robar documentación comprometida al que fuera tesorero del PP, Luis Bárcenas. 

El patriotismo consistía, a juicio del ministro más ultra religioso católico, en esconder y destruir las pruebas que incriminaran al partido, a María Dolores de Cospedal, a la sazón Secretaria General del PP, y a Mariano Rajoy de su implicación en la Caja B de Génova. A pesar de salir a la luz las vergonzosas conversaciones de Cospedal y Villarejo, que reflejaban su conocimiento del caso, ésta ha conseguido in extremis que la Fiscalía la exculpe y no sea incriminada. 

Lo malo para Feijóo, tan lejos en su tierra gallega de esta historia, es que su paisano y amigo Mariano Rajoy fue siempre su mentor. Además, el PP que él quiere ahora ahormar, no es el modelo Casado sino una formación más al centro, modelo Rajoy. Al recuperado Borja Sémper, actual portavoz del Partido Popular, siempre tan prudente en el verbo, le va a costar explicar cómo el partido actual no guarda ninguna relación con esa vergonzosa etapa

Esos tiempos en los que el chófer de Bárcenas, contratado por Interior, protegía con esmero a la esposa del extesorero cuando subía al vehículo, mientras narraba a Interior todo lo que oía en la casa. O se contrataba a presuntos rateros para que asaltaran un estudio y robaran documentos. Eso ocurría después del sms de Rajoy a Bárcenas de “Luis se fuerte”. Le falto decir “y confía en tu chófer”. Ante el desánimo de la sociedad y el descrédito de la clase política actual, solo falta el regreso intermitente de los viejos casos de corrupción que creían olvidados y que, por la lentitud de la Justicia, reaparecen en los momentos más inoportunos para los intereses electorales. Todo deberá tenerse en cuenta a la hora de depositar la papeleta.