Opinión
Por
  • Miguel Gracia, presidente de la Diputación Provincial de Huesca

El mayor tesoro, sus habitantes

Miguel Gracia.
Miguel Gracia.
Rafael Gobantes

PARA muchas pequeñas localidades del Alto Aragón, así como para la ciudad de Huesca, el día 23 de abril es uno de los días más importantes del año. Es una jornada de celebración para toda la ciudadanía aragonesa y también para las administraciones públicas de toda la comunidad autónoma. Recientemente se ha cumplido el cuarenta y cuatro aniversario de las primeras elecciones democráticas municipales, que no sólo derivaron en los primeros gobiernos municipales elegidos por la sociedad libre, sino que construyeron poco a poco una red de administraciones locales en las que cada población y núcleo obtuvo su propia representación en el mapa político y por tanto también cada vecino y vecina, resida donde resida.

Quisiera subrayar y poner en valor a esas Entidades Locales que realizan un importante esfuerzo en su día a día desde entonces y con la misma entrega más de cuatro décadas después del inicio del autogobierno. Es especialmente subrayable el empeño de los pequeños consistorios, que prácticamente se gestionan desde el voluntariado y priorizando el interés general, a partir de la labor de sus alcaldes y alcaldesas. Y especialmente esta legislatura, cuando nos ha tocado vivir la pandemia de la COVID 19.

Las instituciones que presiden en cada uno de los 202 municipios que conforman la provincia de Huesca han sido claves para vertebrar el territorio y trabajar para intentar mantener en lo posible la población en las localidades, mejorar la calidad de vida y ofrecer igualdad de oportunidades en el acceso a infraestructuras y servicios. A menor tamaño de la población, menos recursos económicos y, por ende, más difícil llegar a todas las necesidades. Y es allí donde la Diputación Provincial de Huesca, que es el ayuntamiento de los ayuntamientos, procura centrar sus esfuerzos, porque ayudar a los consistorios, es ayudar a sus habitantes.

Vivimos en tiempos complejos donde surgen nuevos retos cada día y donde la institución provincial también busca fórmulas para atender sus problemáticas. Hay una serie de trabajos de base que pasan por la mejora de la conexión a internet, el pago de la factura energética de instalaciones municipales o las ayudas a la rehabilitación de viviendas para la llegada de nuevos pobladores, que se han tenido que acentuar en los últimos años, pero hay otros tantos desafíos que ponen a prueba la capacidad de adaptación de nuestros servicios.

A nadie se le escapa que los efectos de la sequía están llegando muy lejos para el sector primario, pero hay otro factor que nos está hablando de la situación excepcional que estamos atravesando con la necesidad de abastecimiento de agua de boca a núcleos en la provincia altoaragonesa desde el mes de marzo, es decir, tres meses antes de lo habitual. Los bomberos de Huesca del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios SPEIS, dependiente de la DPH, han tenido que suministrar a algunos núcleos de la zona oriental, pero ante la escasez hídrica, sin tratar de ser alarmistas, es posible que haya que pensar en un operativo especial en los próximos meses. De hecho, los incendios son otra de las grandes preocupaciones que ya vienen advirtiendo los habitantes del medio rural y que deben ser escuchadas para plantear políticas forestales adecuadas a las circunstancias actuales, porque innegablemente, las que hemos hemos practicado hasta ahora, no están funcionando.

No quisiera cerrar el artículo sin recalcar el orgullo de pertenencia a este vasto territorio, cuyo mayor tesoro son sus habitantes que lo sienten como propio y lo cuidan como tal. Por todo ello, feliz día de Aragón a todos los altoaragoneses.