Medidas preventivas ante la sequía

NO ES NECESARIO que salga el sol para que haga buen día. No es ni filosofía ni una frase de Mr. Wonderful, sino simplemente una razón práctica. Las lluvias del sábado volvieron a desplegar los paraguas, a poner en marcha los parabrisas, a chispear sobre los rostros deseosos de sentir la bruma natural y a regalar el olor a tierra mojada que tanto se echaba en falta. Pero sirvió para poco más, porque las aguas de los ríos apenas se embravecieron y las turbinas no tuvieron que reaccionar. Ni siquiera se puede decir que la sequía dio una tregua.

Los ayuntamientos de Jaca y Aínsa-Sobrarbe han escuchado las recomendaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que ante la escasez de lluvia y las reservas de los embalses de la cuenca, ha pedido que los municipios adopten medidas para el ahorro de agua.

Quizá parezca demasiado pronto, pero no lo es. Con las previsiones que existen en la actualidad, se prevé un verano duro y para poderlo pasar con garantías en imprescindible que se tomen medidas de racionalización cuanto antes para que la falta de agua no suponga después un freno al turismo y a la actividad económica de ambas localidades que multiplican en verano su población. Este es el momento de pensar en el consumo en el campo y en los huertos y en empezar a hacerse a la idea de que las piscinas comunitarias quizá no se puedan llenar. Pero más allá de las medidas que adopten los municipios conforme a su situación particular, es urgente que se trace un plan nacional para hacer frente a un fenómeno que no tiene fronteras y que está afectando al conjunto del país. A ver en qué queda la Mesa de la Sequía.