Falta de médicos

LA ELECCIÓN de las plazas MIR es muy elocuente. La especialidad de Medicina Familia y Comunitaria no resulta apetecible para los estudiantes y son las que se quedan sin cubrir. En Aragón, 15 de las 82 plazas ofertadas siguen vacantes. De ellas, las tres que corresponden a la provincia de Huesca están en la zona de Barbastro. Las 16 plazas de ocho especialidades del Hospital Universitario San Jorge de Huesca sí las han elegido y también seis plazas de Medicina Familiar y Comunitaria en el Hospital de Barbastro. Ni se quiere esta especialidad ni ir al medio rural.
Eso es lo que dicen los datos, exactamente lo mismo que se ve y se padece cada día. Por ello, estas cifras vienen a corroborar que la situación no cambia y que no va a hacerlo en un breve periodo de tiempo.
Ya se han puesto medidas al incrementar un 10 % la plazas que oferta la Universidad de Zaragoza, a partir de un acuerdo con el Gobierno de Aragón, para aumentar la formación. Además, se va a implantar de forma progresiva el grado completo de Medicina en el campus de Huesca, una antigua reivindicación que se empezará a aplicar a partir del curso 2024/2025. Pero, aunque muy necesaria y parte del origen del problema, no es una solución inmediata.
Todo esto demuestra que hay que actuar en otros niveles y conseguir que esta especialidad, así como el trabajo en el medio rural, sea atractiva para los estudiantes. Los recientes testimonios de los médicos de Plan, Fonz o Alquézar, que han apostado por el medio rural, pueden servir de ejemplo para despertar vocaciones. Lo que no se conoce no puede amarse y habría que pensar en cómo acercar a los estudiantes a la medicina de familia y a los pueblos.