Opinión
Por
  • Diario del AltoAragón

Mucha magia por descubrir

Uno de los tejos singulares encontrados en el cañón de Añisclo.
Uno de los tejos singulares encontrados en el cañón de Añisclo.
Carlos Benedé/Jorge Gracia

EL TÍTULO parece un eslogan publicitario, quizá un tanto trasnochado, asociado a la Magia de Huesca, porque sería más actual decir ‘No vengas a Huesca’, con ese juego de la psicología inversa, en una campaña que ha recibido premios y que ha dado tan buenos resultados a la promoción de la provincia.

Pero la realidad es que todavía se puede decir que queda mucha magia por descubrir, ya que los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) han hallado en la zona del Cañón de Añisclo, del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, al menos una docena de tejos o de ‘taxos’, como se les llama en el entorno, de gran valor natural. En una zona poco accesible, parece que su ubicación les ha librado durante siglos de la tala para su conversión en madera. Aunque no está todavía datado, el más grande podría ser incluso milenario.

Es curioso como en el Parque Nacional de Ordesa, que se amplió en 1982 por la zona del Cañón de Añisclo, se descubre una riqueza natural que merece la pena cuidar y para lo que ya se han iniciado los trámites. El Gobierno de Aragón cuenta con un catálogo de Árboles Singulares, en el que se incluyen otros tejos del entorno como el de Mirona, en el mismo Cañón, los Taxos de Crapera en el valle de Bujaruelo o la Taxera de Fablo, en peña Canciás, entre otros. Ahora, se podrán sumar estos ejemplares que, antes de que se hagan populares, tienen que preservarse. La carrasca milenaria de Lecina, Árbol Europeo 2021, concitó expectación y puso a esta localidad en el mapa y estos árboles podrían ser un atractivo más para acceder al Parque por el Cañón de Añisclo. Sin duda, queda mucha magia por conocer.