Opinión
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  • Diario del AltoAragón

La economía circular

Esquiladores uruguayos en la explotación de Ernesto Ferrer hace unos días.
Esquiladores uruguayos en la explotación de Ernesto Ferrer hace unos días.
S. E.

NO HACE MUCHO TIEMPO la economía de subsistencia funcionaba de tal forma que por necesidad y, sin saberlo, se activaba la economía circular, un nuevo concepto que no es más que aprovechar los residuos de forma que se conviertan de nuevo en materia prima en el sistema productivo. En esa economía de subsistencia y en una provincia como la altoaragonesa con gran peso del sector primario, eran muchas las familias que tenían ovejas, a las que esquilaban y aprovechaban la lana, o bien para venderla a la industria, o para lavarla, cardarla, hilarla, tejerla y teñirla en casa. Eso fue prácticamente anteayer, porque muchas personas mayores de hoy lo han hecho o al menos lo han visto hacer. 

La economía circular del siglo XXI no debe accionarse por la fuerza de la necesidad sino por la necesidad de conseguir la sostenibilidad. Sin embargo, es curioso que ahora la lana, un elemento tradicionalmente preciado y de calidad para la industria textil, no valga nada, directamente porque no hay mercado y el poliéster se impone en la llamada moda rápida (fast fashion) o de usar y tirar. 

Todo esto no quiere decir que haya que volver a cardar la lana como antaño. La economía circular de este momento debe activarse para encontrar una salida a un recurso que, al no aprovecharse como hasta hace unos años, se convierte en un residuo. Los ganaderos han pasado de tener lana con un valor económico que contribuía a su economía, a tener un residuo al que no le pueden dar salida. Ahí es donde la ingeniería, o quizá el ingenio, tiene que intervenir para aprovechar el material en un mercado nuevo si para la industria textil ya no es competitivo. Un reto.