Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

El Camino de Santiago

Un tramo del Camino de Santiago, a su paso por la Jacetania.
Un tramo del Camino de Santiago, a su paso por la Jacetania.
Sarganta

TODO PEREGRINO tiene como meta llegar a la plaza del Obradoiro y entrar en la catedral de Santiago de Compostela después de disfrutar de un camino real y espiritual. Es el premio al esfuerzo de días de caminatas y el broche final a las experiencias vividas con otros caminantes y en los albergues y alojamientos del recorrido. 

Dependiendo de los días disponibles y de la forma física, unos se conforman con las últimas etapas y otros se exigen un poco más pero, en cualquier caso, no hace falta hacerlo todo de tirón. El Camino de Santiago en Aragón, de 100 kilómetros de longitud, desde el puerto de Somport hasta Undués de Lerda, recorre destacados lugares de origen defensivo como la Torreta de Fusileros, la Línea P o al Estación Internacional de Canfranc, pasando por la Ciudadela de Jaca; pero también muchas otras propuestas museísticas en las que detenerse, así como un paisaje inigualable con puntos de interés geológico y áreas protegidas. 

Por ello, aunque está lejos del destino, es importante ponerlo en valor para que quien se plantee hacer el Camino o quien ya haya disfrutado de esos últimos kilómetros, pueda recorrerlo y vivir la experiencia. Seguramente, muchos aragoneses se han animado a recorrer ese final sin conocer nuestro principio, que pueden dejarlo para unas segundas vacaciones. 

Precisamente, para darle visibilidad, un vecino de Biniés quiere correr el tramo aragonés, esos 100 kilómetros, en una sola etapa de 15 horas. Fabián Castro ya se ha puesto fecha: el 14 de octubre. Más allá de la anécdota, los datos de visitantes hablan de que no funciona tan bien como debería, por lo que desde el territorio hay que impulsar la visita a este trazado histórico que ofrece una gran riqueza patrimonial y natural.