Opinión
Por
  • Félix Rodríguez Prendes

¿Qué es la dignidad?

Puigdemont y Díaz durante su reunión en Bruselas.
Puigdemont y Díaz durante su reunión en Bruselas.
E. P.

Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen o degraden” (RAE). Y eso comporta que se le respete.

Esta definición es lo más contrario al comportamiento de Pedro Sánchez y sus conmilitones, han perdido la dignidad, por lo tanto no merecen respeto y lo más triste es que eso es solo a cambio de la ambición personal de un narcisista, egocéntrico y amoral personaje de mantenerse en el sillón. Cómo es posible que en el mismo día, por la mañana prometa a la Princesa Leonor, la lealtad suya y de su gobierno y por la tarde se reúna con alguien que ese mismo día ha publicado: “Ni Monarquía, ni Constitución” y que su objetivo evidente es romper la Constitución de 1978, que es la norma de convivencia que nos ha proporcionado a los españoles el mayor tiempo de concordia, de nuestra historia, por lo menos de los dos últimos siglos. Como ha dejado dicho Felipe González; se puede cambiar alguna vez de opinión y eso es de personas inteligentes, pero cambiar todos los días, es de necios. Desde Fernando VII, no había habido en España un felón de este calibre. (Se llama felonía a la traición o acto desleal contra alguien, a quien se había prometido o jurado, lealtad).

Cada día que el prófugo pasa la factura por los siete escaños, es más alta, porque hay una especie de competición entre Junts y ERC, para ver quién saca más al indigno Pedro Sánchez. Ahora, además de la amnistía, que cada vez es más amplia, ya se pretende que llegue hasta 2013 y promulgarla como proposición de ley y no como proyecto de ley, es decir saltándose la calificación del Consejo de Estado; sin contar con la mitad de las Cortes, que es donde está la soberanía nacional, no popular como dijo Françina Armengol; también se cede la gestión de las cercanías. En la campaña electoral dijo la ministra de transportes que la red ferroviaria es una cuestión de Estado y nunca se transferiría y el perdón del 20 por ciento de la deuda. Lo último es que le pidan a Pedro Sánchez la mitad de la provincia de Huesca, como si España fuera un cortijo y Pedro Sánchez fuera el dueño. En cartera queda el referéndum. Es francamente preocupante que Pedro Sánchez haya dicho a eso que no.

Pero siguiendo con la dignidad; no se comprende que personas que ya han llegado al máximo en sus carreras profesionales y que no tienen nada que perder, tres de ellos magistrados, o los magistrados del TC, encabezados por su presidente, renuncien a su prestigio limpiamente ganado por hacerle la cama a este psicópata.

La colonización de las instituciones, al mejor estilo bolivariano, es un hecho que tendrá consecuencias difícilmente subsanables. La última, el nombramiento como letrado mayor de las Cortes de un individuo que ayer era secretario de Estado en el ministerio de Política Territorial.

Y la justificación de todo este atropello es que se hace para que no gobierne la derecha; lo cual por una parte está en contra del mínimo concepto de democracia, donde se contempla como vitalidad del sistema, precisamente la alternancia política, pero es que además, no hay más extrema derecha que Junts, ERC, Bildu o PNV, partidos supremacistas y xenófobos (dos de las connotaciones nazis) que se consideran por encima del resto de los españoles a los que tratan y consideran como ciudadanos de segunda.