Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La trufa negra

Mercado de la Trufa de Graus.
Mercado de la Trufa de Graus.
E. F.

EL MERCADO de la trufa fresca de Graus marca el inicio de la campaña de recogida de un producto con una larga tradición de recogida en el monte, principalmente en Ribagorza y Sobrarbe, pero que en los últimos años se ha profesionalizado con el cultivo en fincas y con la investigación desde el centro creado en Graus.

La respuesta al mercado, que abrió ayer sus puertas al público, es el resultado de años de trabajo de los productores, de la mano de instituciones como la Diputación Provincial de Huesca, que creó una línea de subvenciones para propiciar la creación de fincas que, en muchos casos, han permitido el mantenimiento de familias en el medio rural, ya que han servido para complementar otras actividades. También hay casos en los que la trufa es su principal fuente de ingresos, cuya venta han complementado con otras actividades turísticas y gastronómicas para mejorar la experiencia y romper con la estacionalidad.

Pocos inventos dan mejores resultados que las apuestas por poner en valor elementos o recursos preexistentes en el territorio. Y se pueden citar muchos ejemplos históricos o recientes: Alquézar se ha convertido en uno de los pueblos más bonitos de España después de saber ver el potencial que tenía una zona que había quedado prácticamente abandonada; y Sobrarbe supo ver en sus caminos el ‘flow’ para el ciclismo de montaña y convertirlos en una gran red de senderos de enduro, un lugar de peregrinación los endureros. En conjunto, ‘Huesca La Magia’, se ha convertido en el mejor destino de aventura de Europa y el segundo en el mundo. Hay que saber mirar y potenciar nuestros recursos naturales. Y la trufa es uno de ellos.