Covid persistente

HAN PASADO más de tres años y medio desde el inicio de la pandemia de la Covid-19 que causó millones de fallecidos, en una crisis sanitaria mundial sin precedentes. Sobra recordar detalles, pero nunca se puede olvidar a aquellos que se marcharon sin poderse despedir de los suyos. Las ansiadas vacunas, que se inocularon de forma masiva a toda la población, fueron claves para retornar a la vida cotidiana. Ahora, la sociedad se ha acostumbrado a convivir con la enfermedad que sigue contagiándose, pero sin apenas consecuencias, en general. Pero quien no puede acostumbrarse son aquellos pacientes de covid persistente, que no han podido recuperar su vida cotidiana por las secuelas del virus. A todos ellos, no se les puede olvidar, y es urgente que se cree esa unidad específica para abordar de forma transversal las múltiples consecuencias que requieren de una mirada global para administrar el mejor tratamiento.

La sociedad debe dar respuesta a estos pacientes, que, además, se calcula que son en torno a un 10 % de quienes han pasado la covid. Las secuelas son muy diversas, pero en muchos casos incapacitantes. No entienden lo que les pasa y, ante eso, la investigación científica debe buscar explicaciones.

Aragón tiene previsto crear esa unidad a principios de 2024 pero, aunque no exista todavía como tal, hay científicos y sanitarios que ya investigan en torno a la Covid-19. No obstante, es fundamental que se destinen recursos para tratar al paciente y ampliar las líneas de investigación en un área que podría convertirse en referente y cuyos resultados podrían exportarse. Es una obligación para atender a los afectados y una oportunidad de obtener resultados científicos.