Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Transformación urbanística

Polígono de las Harineras.
Polígono de las Harineras.
Roger Navarro

DOS DÉCADAS después de la explosión de Harinas Porta, el 14 de abril de 2005, por la que fallecieron cinco personas y otras 14 resultaron graves, y como consecuencia el traslado de las harineras fuera del núcleo urbano, esa cicatriz urbanística se va a borrar. Los primeros vecinos podrán trasladarse a vivir allí en abril de 2026, según las previsiones de los trabajos de derribo que comenzaron ayer para urbanizar más de ocho hectáreas y construir las primeras 100 viviendas, de las 1.300 previstas. El desarrollo de este proyecto es fundamental para compactar la ciudad, que en las últimas décadas ha crecido en extensión, mientras en el interior han quedado solares que claman intervenciones. Además del polígono de las Harineras, sigue sin resolverse y, de esto hace ya más de 20 años, la reurbanización y el desarrollo de las plazas de San Félix y San Voto, donde recientemente el derribo de dos casas viejas ha acabado con el problema vecinal ocasionado por los okupas. Resuelta esta parte, ahora queda avanzar en la reurbanización de unas plazas donde hay previstas viviendas.

La mayor área es la que se va a acometer y donde poco a poco se podrán ofrecer más viviendas para satisfacer la demanda del mercado. Con todo, ahora que hay disponibilidad de suelo es importante que la oferta contribuya a ajustar el precio de la vivienda en la ciudad. Al mismo tiempo, se devolverá a muchos habitantes al corazón de la ciudad, donde hay mucho interés por vivir a pocos minutos de la plaza de Navarra, junto a la estación del AVE, pero al mismo tiempo en una zona tranquila. Es una gran avance en la transformación urbanística de la capital oscense, que contribuirá a su calidad de vida.