Apoyo al sector primario

PRIMERO fueron los elevados costes de la energía y de la producción, en general, pero ahora también se suman las afecciones por la competencia de productos cárnicos de la que no se conoce la trazabilidad, no solo en el ámbito económico sino también en el alimentario. Esta es la situación que expone el sindicato Asaja, pero no es la única organización agraria que denuncia esta práctica que pone en riesgo la viabilidad de las explotaciones y, con ella, “la soberanía alimentaria”, resume Asaja. Además, las leyes de bienestar animal elevan las exigencias, por ejemplo en las granjas de pollos, por lo que es complicado competir con otros países productores, donde carecen de estos requisitos.

No deja de ser curioso que a los nacionales se les planteen unas normas que, sin embargo, no se tengan en cuenta a la hora de permitir la entrada en España de productos de los que se desconoce su trazabilidad. Ya no es solo una cuestión de garantizar la competencia sino que se cumple con normativa tanto laboral como sanitaria en las mismas condiciones. En otros países, la desigualdad puede seguir existiendo y ahí tendrán que intervenir otros organismos pero, al menos en España, se debe garantizar para proteger tanto al productor como al consumidor.

En una provincia como la de Huesca, con un peso tan importante del sector primario y después de pasar una crisis sanitaria en la que se puso de manifiesto la importancia de la soberanía alimentaria, es fundamental que se articulen mecanismos para salvaguardar a los productores del sector agroganadero. No es fácil mantener explotaciones rentables que además asientan población en el medio rural y mantienen el territorio.