Opinión
Por
  • Carlos García Martínez

No habrá quien le pare

Retrato de Leopoldo de Luis.
Retrato de Leopoldo de Luis.
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MADRE nos congregó. Nos dijo:” Ahora / todo cambió para nosotros”. Era / la tarde de una amarga primavera / que el corazón temblando aún rememora. / Nos dijo: “En adelante nadie llora / aquí, la vida es simplemente espera / y sólo es ya posible una bandera: / labrarse la esperanza hora tras hora”. El poema se titula “Aquella primavera”, la de 1939, y lo escribió Leopoldo de Luis... La esperanza, aquella esperanza, tenía sentido, como lo tiene, lo está teniendo hoy. Es la hora de buscar fuerzas e ilusión y reconocerlo. Un Gobierno que, en frases de Soledad Gállego-Díaz, “aprobó el voto femenino, la igualdad de derechos de ambos sexos, el acceso de la mujer a la vida pública, la abolición de la prostitución regulada, el derecho al aborto, el matrimonio civil y el divorcio de mutuo acuerdo, la supresión del delito de adulterio aplicado sólo a mujeres, la educación mixta, la protección a la maternidad, la equiparación salarial, la investigación de la paternidad, el reconocimiento de hijos naturales y la patria potestad compartida. Derechos que, prácticamente todos, fueron suprimidos por el franquismo”.

Claro que aquel Gobierno, tan preocupado por la instrucción pública y tan prometedor, no calculó el riesgo de su impulso de cambio y de qué manera una educación progresista y una moral civil podían ser sentidas como revolucionarias. En la sociedad española, y dada la situación europea, lo reaccionario tenía la gran oportunidad para, saltándose de la manera más radical la legalidad, acabar con ella. Por eso termina diciendo Gállego-Díaz:” Es absurda la idea que no importa lo que una persona crea. Claro que importa: importa lo que aquellos hombres y mujeres creyeron y lo que creían quienes lucharon contra ello, y es una indecencia pretender que lo ignoremos”

De eso, de que se sepa, es de lo que se trata, porque aún hay grupos que vuelven a la propaganda de entonces, que quieren convencer a la gente de que la República fue culpable de la guerra y trabajan, ¡¡por algo será!!, en contra de una educación que forme para la ciudadanía y los derechos humanos, mientras contribuyen en lo que pueden a que más de un tercio de los estudiantes no sepan nada de la II República, la Guerra Civil y la Dictadura. Las derechas pudieron estar contra el sufragio universal, el feminismo en cualquiera de sus formatos, el aborto, el divorcio o los derechos de las minorías, pero acabaron transigiendo con casi todas las conquistas que el pensamiento ilustrado puso en marcha desde mediados del siglo XVIII hasta hoy. No habrá quien las pare. Una evolución imparable se convierte en una revolución pacífica. 

Carlos García Martínez es fue presidente de la DPH de 1983 a 1987