Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Las ayudas de la sequía

Estado de un campo de cereal afectado por la mala nascencia en Robres.
Estado de un campo de cereal afectado por la mala nascencia en Robres.
Asaja Huesca.

LOS AGRICULTORES de la provincia han comenzado con alegría un fin de semana en el que la lluvia del viernes les ha devuelto la sonrisa, ya que les permite aliviar la situación en el campo por la falta de humedad, como los problemas por la nascencia de los cereales de secano.

Sin embargo, arrastran problemas anteriores y un cierto malestar por el retraso de las ayudas de la sequía, ya que ocho meses después del anuncio de Ministerio, no hay resolución para todos los beneficiarios de agricultura. El paquete de ayudas que se aprobaron el pasado mes de mayo ante la sequía y el agravamiento de las condiciones del sector por la guerra de Ucrania no ha llegado a todos, aunque las de frutales y frutos con cáscara sí tienen resolución. Desde Asaja Aragón critican que se apruebe una ayuda para cubrir pérdidas del 2023 y que estemos ya en 2024 y el dinero no haya llegado.

Mientras esto no se ha resuelto y la sequía y sus consecuencias están todavía demasiado recientes, la petición de agua de Cataluña, que conllevaría un minitrasvase del Ebro, ha soliviantado al sector. Desde CEOE-Cepyme se han opuesto de forma rotunda a esta posibilidad, que se ve desde Aragón como una concesión del Gobierno central a Cataluña.

La lluvia ha dado una alegría, pero poco más. El sector primario atraviesa momentos complicados por los altos costes de producción y los bajos precios del mercado, que amenazan la viabilidad de las explotaciones. El análisis completo de todas las variables es fundamental a la hora de tomar decisiones que garanticen su futuro, y el agua es imprescindible, por lo que decisiones políticas no pueden comprometer uno de los recursos clave para su supervivencia.