Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Prohibir o educar

El Colegio Pedro J. Rubio es uno de los más solicitados cada año.
El Colegio Pedro J. Rubio es uno de los más solicitados cada año.
Pablo Segura

EL GOBIERNO DE ARAGÓN ha tomado una decisión: prohibir el uso de los teléfonos móviles y relojes inteligentes en los colegios, concretamente, en las aulas, recreos y extraescolares. Además, esta medida, publicada este martes en el Boletín Oficial, afecta tanto a centros públicos como concertado. Sin duda, es una respuesta a la creciente preocupación por un mal uso que ya se ha demostrado un problema entre los adolescentes. ¿Prohibir o educar? Esa es la cuestión. Y, además, es muy probable que tenga que optarse por la combinación perfecta para alcanzar un equilibrio.

No es fácil dar una respuesta. Por el momento, el Gobierno de Aragón ha justificado su decisión al argumentar que se quiere velar por la “seguridad” en las escuelas y la “salud física y mental” de los alumnos, al tiempo que responde a “una preocupación que la sociedad siente en su conjunto”. Y esto último es así, tanto el problema como la preocupación existen y la clave está en buscar la solución más acertada.

La consejera de Educación, Ciencia y Universidades, Claudia Pérez, planteó que estas instrucciones “marcan el camino” para un debate más sosegado en el Consejo Escolar de Aragón para alcanzar el mayor consenso posible a la hora de elaborar una normativa. Sin embargo, los sindicatos critican que no se haya negociado y que no se ha tenido en cuenta a la comunidad educativa; y Fapar Huesca también recibió con “sorpresa” la medida, que cree que no responde a la problemática actual, al tiempo que aboga por educar en el uso de los dispositivos. Sea como sea, la comunidad educativa exige un diálogo para establecer las normas más adecuadas. En lo que hay coincidencia, es en que hay que hacer una normativa y educar.