Una vuelta más de tuerca

SI PARECÍA que se habían superado ya muchos límites, ayer daba la sensación de que ni siquiera se sabe dónde están. Junts ha tumbado de Ley de Amnistía que el PSOE ha llevado al Congreso de los Diputados, precisamente por sus exigencias. Todo apunta a que quiere más, a que no es suficiente. Nunca siete votos costaron tanto. Y esta frase no es nueva, sino harto repetida en los últimos meses. Los independentistas quieren asegurarse de que Carles Puigdemont, huido de la justicia, sale indemne. Pero, la pregunta es cuál será el coste final.

La proposición de Ley vuelve de nuevo a la Comisión de Justicia, que ya la había aprobado, y será revisada para devolverla al pleno de la Cámara, de forma que los plazos se dilatan y los secesionistas ganan tiempo para conseguir más prebendas. Bueno, en teoría las partes tendrán tiempo para negociar sus diferencias, las propuestas de Junts que el PSOE ha rechazado. Pero no es que sea un trámite más, sino que es una clara derrota.

Afecta no solo a la credibilidad del Gobierno, sino a la de la clase política en general, que ya no puede permitirse estas licencias, sino recuperar la confianza de la ciudadanía. La política es necesaria, pero no así. Las minorías parlamentarias independentistas están teniendo un protagonismo que no se ganaron en las urnas y esto tiene que hacer cambiar algo.

Lo que sucedió ayer no es más que una demostración de la fragilidad de un Gobierno en el que los famosos siete votos tienen demasiado peso y ejercen demasiada presión. ¿Qué será la siguiente? Ahora hay otro mes por delante para ver qué acontece y cómo se resuelve todo esto.