El campo sale a la calle

EL CAMPO vuelve a salir a la calle. El viernes lo hizo tímidamente, pero ayer con contundencia en las principales carreteras de la provincia para dejarse ver y oír. Y es que los sindicatos resaltan que necesitan ayuda, urgen más apoyo y menos burocracia para seguir cultivando sus tierras, cuidando del paisaje y llenando nuestras neveras.

Se dice que España es la huerta de Europa. Son un sector estratégico, es el que nos da de comer y ¡no puede más! Las exigencias medioambientales, las prohibiciones, la burocracia y la subida de costes actuales los está ahogando. Las judías verdes ahora se cultivan en Marruecos porque es más barata la mano de obra, el arroz llega de la India y el pomelo, de Sudáfrica. En estos dos últimos productos, además denunciado por las organizaciones agrícolas, se han detectado fitosanitarios que en España y Europa tienen prohibido utilizar. Luchan contra las plagas con otros métodos, siempre más caros pero cumpliendo la norma y cuidando el medio ambiente. Pero insisten: Europa prohíbe a nuestros agricultores, pero aún así el consumidor se lo come. Y lo hace porque llega de terceros países y con la bendición de Bruselas. Traen productos más baratos, en los que han utilizado sulfatos aquí prohibidos y no encuentran trabas. Es solo un ejemplo. Hay muchos más impedimentos que, dicen, les obligan a abandonar sus tierras o su ganado. Cada vez hay menos labradores y menos ganadería extensiva. Y lo peor, aunque haya jóvenes con ganas y pasión por el campo o el ganado, el camino de las nuevas políticas agrarias los echan atrás. Necesitan ser escuchados. No hay que echar la vista muy atrás para poner en valor los productos de proximidad. Se puso de manifiesto en la pandemia.