Opinión
Por
  • Javier Hernández García

“Mirar a los ojos del ciudadano y pisar el territorio”

El Tribunal de Justicia de Aragón (TSJA).
El Tribunal de Justicia de Aragón (TSJA).
S.E.

CON la entrega a la presidenta de las Cortes de Aragón del “Informe anual del Justicia 2023”, se ha dado cumplimiento a la obligación estatutaria y legal que establece que el Justiciazgo deberá presentar ante las Cortes de Aragón un informe en el que se resuma su actividad, y en este año lo hemos hecho, ante el inminente relevo en la titularidad de la institución, en los seis primeros días de los treinta que nos concede la norma legal, lo que ha supuesto un esfuerzo para el equipo de esta singular institución básica de autogobierno aragonesa.

Será ya la anunciada nueva justicia de Aragón (la RAE nos dice que el cargo va en minúscula y sin artículo y la institución con artículo y en mayúscula), la magistrada Concepción Gimeno, la que en su caso proceda a exponer oralmente ante el pleno de la Cámara esta memoria anual de la actividad, cosa que no ha ocurrido este año 2023 (tampoco lo fue en el 2022), al no ser convocados a la sesión específica del parlamento que fija el artículo 37 de la ley reguladora del Justiciazgo. Es de esperar que la relación Justiciazgo-Cortes, que ha sido inmejorable en lo personal con las presidentas Barba y Fernández y el presidente Sada, pueda fluir con la nueva titular por caminos de concordia en beneficio de los aragoneses.

El lema de este informe “Mirar a los ojos al ciudadano y pisar el territorio”, pretende poner de relevancia, a la vista del trabajo realizado por el equipo del Justiciazgo en el pasado 2023, tanto fruto de las quejas ciudadanas como de las actuaciones de oficio y la elaboración de distintos informes, la necesidad de contar con una administración que atienda al ciudadano directamente y en lo posible de forma presencial, sin que se produzca la sensación de olvido o inaccesibilidad que muchos aragoneses manifiestan sentir, y ello de acorde siempre a sus necesidades concretas y singulares, y que ello se realice a lo largo de todo el territorio aragonés, sin discriminación alguna se viva en entorno urbano o rural.

Cuando cada vez más desde las distintas defensorías del pueblo, tanto nacionales como internacionales, no paramos de luchar contra el fenómeno de una administración que no mira a los ojos de los ciudadanos, poniendo por medios pantallas y sistemas informáticos, ha sido una constante en el trabajo del equipo del Justiciazgo este año el ser una institución próxima a las personas y al territorio.

El movernos por el amplio y a casi siempre despoblado Aragón nos ha permitido tener una visión mucho más cercana que la que nos pueden mostrar los escritos o informes técnicos (sin menospreciarlos), y el entrevistarse con el alcalde y los vecinos de Talamantes o con los de Nogueras, ver en un centro escolar o sanitario de Andorra o en el valle de Tena los problemas de primera mano en educación o sanidad, o transitar por la pista que va de Caneto a Tierrantona, es algo que nos enriquece y nos permite proponer a las administraciones, desde el conocimiento en primera persona, posibles soluciones a los problemas, que sin olvidar el sometimiento al marco jurídico aplicable en cada caso, puedan ser lo más beneficiosas posible para los destinatarios del servicio público.

Los números, que una vez más debemos señalar tienen una relativa importancia para analizar el trabajo anual de esta institución, son similares a los de años anteriores. Así, se han abierto 1745 nuevos expedientes frente a los 1721 del año anterior, tramitándose un total en el año de 2.278 expedientes, y se han dictado 173 resoluciones, entre sugerencias recomendaciones y recordatorios de deberes legales, de las cuales únicamente 16 han sido expresamente rechazadas por la administración. Si de materias debemos hablar en cuanto a las mayores respecto a las quejas presentadas, vuelven a ser en aquellas obligaciones prestacionales de las administraciones como sanidad, servicios públicos, bienestar social y educación, junto a las también habituales de función pública, interior y justicia.

Es casi una obligación que en el Informe anual tengamos una referencia, aunque sea mínima, a nuestro Derecho Foral, las normas civiles que nos son propias, dentro de nuestra misión legal de Tutela del Ordenamiento Jurídico Aragonés. En el 2023 hemos visto nacer la Cátedra de Derecho Civil y Foral aragonés, que quizás lo primero que sorprenda de ella es que hasta ahora no existiera. La unión de voluntades de gobierno, cortes y el Justiciazgo, de la mano y en el seno de la Universidad de Zaragoza, ha logrado que en este 2023 ya podamos decir que esa seña de identidad tan nuestra, nuestro derecho foral, cuenta con un instrumento para su estudio académico, la formación de nuevos teóricos del mismo, y que debe servir para su difusión y conocimiento en la sociedad aragonesa.

Se detalla en el trabajo entregado al parlamento aragonés la actividad institucional, formativa editorial, divulgativa, las obligaciones que nos imponen otras leyes, etc., al igual que se cumple con la obligación de exponer la liquidación del presupuesto anual 2023 del Justiciazgo, el cual se ha ejecutado en un 88,03%, de tal forma que de los 2.088.406 presupuestados, únicamente se han gastado 1.924.708 euros.

Y debo despedirme como lugarteniente. Han sido años de mucho trabajo, con total entrega a intentar cumplir con las obligaciones estatutariamente impuestas, en los que hemos querido dar lo mejor de todos nosotros, los que componemos el gran equipo de personal del Justiciazgo. 

En este momento del adiós a la institución que tanto amo, no puedo más que dar las gracias por la confianza en mi depositada como primer lugarteniente del Justicia democrático, y por el honor que se me ha permitido ostentar en mi cargo y en las obligaciones y responsabilidad asumidas. Lo último que querría pedir, y desear, es que el nuevo equipo del Justicia de Aragón siga, lo que doy por hecho hará, dejándose la piel por la defensa de los derechos y libertades de los aragoneses, y en especial por aquellos más desfavorecidos, los que tanto necesitan de su voz y apoyo, mirándoles a los ojos y tocando el territorio.