La fuerza del Carnaval

LA FOTOGRAFÍA de la provincia ha cambiado por unas horas, o incluso unos días en algunos puntos, para llenarse de seres ancestrales, superhéroes y turistas, pero todos ellos con una careta común, la de la alegría y la diversión que caracteriza esta fiesta popular cargada de símbolos. El estallido de color con desfiles de imaginación han llenado los corazones de las ciudades y pueblos de la provincia, a pesar del frío. De hecho, las bajas temperaturas y la nieve que ha vuelto a las cumbres forman parte de esa nueva imagen que, al mismo tiempo, es la esperada en estas fechas.

Las tractoradas han cesado por unas horas en la provincia, no así en Calatayud o en otros lugares de España, donde se han mantenido las protestas para reivindicar nuevas políticas agrarias que aseguren la viabilidad de muchas empresas y familias del sector primario así como del medio rural en su conjunto.

Pero en Huesca se han “colado” algunos tractores entre los disfraces como una muestra de apoyo a las familias. Y es que el Carnaval siempre ha tenido parte de evasión pero también entronca con la realidad. En las celebraciones más tradicionales, como las de Bielsa o Torla, la actualidad forma parte de la fiesta. Cornelio Zorrilla, el muñeco que pende cada año de la fachada del Ayuntamiento de Bielsa, siempre alude a alguna reivindicación o asunto de interés para la ciudadanía; del mismo modo que los vecinos de Torla culpan a ‘Carnabal’ y lo juzgan de todo lo malo que haya acontecido en el año. En los más modernos desfiles, también las alusiones a la actualidad son constantes con disfraces reivindicativos entre otros simplemente fantasiosos o divertidos. El Alto Aragón ha vuelto a disfrutar de sus tradiciones más singulares y de sus fiestas populares, que siguen atrayendo de cientos de visitantes.