Opinión
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  • Diario del AltoAragón

El pulmón verde

Personal del Ayuntamiento realizando los trabajos corte del árbol caído el jueves para poder despejar la zona.
Personal del Ayuntamiento realizando los trabajos corte del árbol caído el jueves para poder despejar la zona.
Ayuntamiento de Huesca

CASI un siglo de historia suma el parque Miguel Servet de Huesca, el más grande de la capital altoaragonesa. La caída de un pino (por el gran porte -26 metros de altura- y el terreno reblandecido por las lluvias) ha obligado a hacer una revisión de la zona. Tendrán que talar cuatro más, afectados por el desplome del árbol, y el Ayuntamiento se plantea una sustitución progresiva en la parte más antigua del pulmón verde de la ciudad. La altura que han alcanzado y la densidad de las copas de los ejemplares hacen necesaria la actuación, según apuntó ayer el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Huesca, José Miguel Veintemilla.

El incidente ha puesto las miradas en él, una de las zonas más queridas por los oscenses, llena de recuerdos. Mucho más limpio que hace algunos años, aunque sigue habiendo zonas en las que los estorninos hacen estragos, este céntrico espacio verde es parte de la historia de los oscenses y uno de los lugares que muchos eligen para hacer deporte. Y quién no recuerda con añoranza la casita de Blancanieves o el ir a ver los patos. Y aquellos conciertos del Jardín de Verano por el que pasaron grupos míticos. O esas primeras quedadas de adolescentes. Monumentos como el Quiosco o las Pajaritas de Ramón Acín también lucen en los antiguos jardines de Lastanosa, en los que se comenzó a trabajar en 1928 para que, dos años después, el parque fuera una realidad. Tiene un valor sentimental, pero también medioambiental. Los espacios verdes en las ciudades son una sombra para el bochorno del verano, ayudan a mitigar el cambio climático y los expertos aseguran que aumentan la esperanza de vida y disminuyen la violencia. Hay que cuidarlo.